
Tras la muerte de Emir Barboza, el niño de ocho años que fue alcanzado por una bala en medio de una balacera, el barrio de Rawson vive entre el dolor, la desconfianza y la espera de respuestas judiciales. La familia exige justicia.
Finalmente, se dictó la condena final de prisión perpetua, más un año por una sentencia previa, a Ariel Omar "El Guascazo" Pérez, que ultimó a Yanina Pérez, en febrero del 2024.
Pasadas las 12 del mediodía, la jueza Flavia Allende homologó el acuerdo alcanzado entre la fiscalía y la defensa y condenó a Ariel Omar Pérez, conocido como el Guascazo, a prisión perpetua por homicidio triplemente calificado por alevosía, por el vínculo y violencia de género, en el marco del femicidio de Yanina Pérez, ocurrido en febrero de 2024 en el Cementerio de Angaco.
El juicio se había desarrollado con tensión desde el inicio, marcado por la confesión del acusado y sus reiteradas actitudes agresivas. Durante la audiencia del viernes, Pérez admitió haber matado a la víctima y aseguró que lo volvería a hacer, lo que obligó a la policía a intervenir en varias ocasiones para garantizar el normal desarrollo del proceso.
La familia de la víctima presenció el proceso y escuchó con indignación y tristeza los audios que Pérez le enviaba a Yanina Pérez, en los que la amenazaba y la insultaba tras una denuncia que derivó en su despido de la Municipalidad de Angaco. La hija de la víctima había expresado anteriormente: “Es un peligro que este hombre esté libre. Les pedimos que se tomen las medidas que deben tomarse”.
Tras la sentencia, la hermana de Yanina Pérez manifestó entre lágrimas que se había hecho justicia: "Mi hermana no podrá salir de donde está, pero él tampoco. Desde el principio siempre fue agresivo, violento como se mostró hoy".
"Recordamos con mucho amor a mi hermana. Ojalá que con esto pueda descansar en paz. No tenemos miedo. Es un femicida menos en la calle. Vamos poder seguir con nuestro dolor", añadió.
Melina, hija de la víctima, se mostró aliviada por la condena: "Es bueno saber que no le causará daño a nadie más. Hubo muchas denuncias, muchas cosas. Le doy gracias a mi mamá por enseñarme a ser fuerte, ella me dejó fortaleza. Voy a seguir luchando para que nunca tenga un beneficio".
Tras la muerte de Emir Barboza, el niño de ocho años que fue alcanzado por una bala en medio de una balacera, el barrio de Rawson vive entre el dolor, la desconfianza y la espera de respuestas judiciales. La familia exige justicia.
La joven relató que el cantante estaba "muy violento" y "destrozando todo". El músico permanece detenido.
La funcionaria remarcó que, al tratarse de una donación, “la responsabilidad es de los padres y docentes que la recibieron”.
Rosa, la mamá del niño de siete años asesinado en el barrio Valle Grande, habló en exclusiva con Diario Móvil. Conmovida, pidió que los responsables “se hagan cargo” y que su hijo “pueda descansar en paz”.
El último sospechoso del caso Barboza se entregó junto a su abogada, quien afirmó que su cliente fue testigo del tiroteo y no participó del crimen. La Justicia realizará pericias para determinar responsabilidades.