El papá del nene baleado en Valle Grande entre lágrimas: "me lo quitaron, era un ángel"

Tras la muerte de Emir Barboza, el niño de ocho años que fue alcanzado por una bala en medio de una balacera, el barrio de Rawson vive entre el dolor, la desconfianza y la espera de respuestas judiciales. La familia exige justicia.

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PAPÁ EMIR

El eco de los disparos que terminaron con la vida de Emir Barboza todavía retumba en Valle Grande. Han pasado días, pero en el corazón del barrio, el miedo y la tristeza siguen presentes. La escuela donde estudiaba el pequeño debió interrumpir su rutina: decenas de madres decidieron retirar a sus hijos por temor a nuevos enfrentamientos. “Todavía hay tensión, todavía hay miedo”, reconoció la directora del establecimiento, confirmando la medida preventiva.

Mientras tanto, la investigación avanza bajo la órbita del fiscal Sebastián Gómez, de la UFI Delitos Especiales, quien aguarda el resultado de los peritajes balísticos que podrían ser determinantes. Las pericias buscan establecer si el proyectil que mató al niño salió de alguna de las dos armas calibre .22 secuestradas en un descampado de la zona, donde también se hallaron vainas servidas y proyectiles. “Estamos esperando los resultados de balística y seguimos trabajando sobre las evidencias. Sabemos que aún hay armas que no fueron encontradas”, explicó el fiscal.

Por el caso hay seis mayores de edad detenidos y un menor imputado, todos alojados en distintas comisarías para evitar contacto entre ellos. El menor fue puesto a disposición del Juzgado de Menores, actualmente subrogado por el juez Mariano Carrera. Además, continúa la búsqueda de un prófugo —mayor de edad—, que logró escapar durante el operativo policial y que, según la fiscalía, podría seguir oculto en San Juan.

Justicia Emir Barboza

Desde el inicio, la causa está caratulada como “homicidio agravado por el uso de arma de fuego”, aunque no se descarta la incorporación de nuevas agravantes. En el lugar, el Grupo GERAS y efectivos de la Policía de San Juan mantienen presencia permanente, con controles en accesos y patrullajes preventivos para evitar nuevos enfrentamientos.

En medio de esa calma tensa, la familia de Emir rompió el silencio. Su padre, Roberto, habló con Diario Móvil y resumió el sentimiento que atraviesa a toda la comunidad: “Lo único que quiero es justicia por mi hijo. Todos los responsables tienen que pagar por lo que hicieron con una criatura, con un ángel”, dijo entre lágrimas, acompañado por María Eugenia, hermana de la madre del niño. “Los vecinos tienen miedo de hablar, pero nosotros necesitamos que se sepa la verdad”, agregó.

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De acuerdo con el testimonio de Vanesa, una vecina del barrio que vive a pocas cuadras de la casa de Emir, el conflicto no surgió de la nada. Según su relato, las tensiones se arrastraban desde varios días antes y ella misma había denunciado agresiones y amenazas. “Yo vengo haciendo denuncias desde el sábado. Primero me rompieron la casa, me apedrearon y le pegaron a mi hijo de 15 años. Después siguieron las provocaciones. El lunes me llamaron para decirme que a mi hijo lo habían cortado en la cara con un cuchillo y que nos iban a venir a balear la casa”, contó.

La mujer asegura haber realizado tres denuncias previas, y acusa a jóvenes de la zona —entre ellos a un hombre apodado “Lalán”, de 25 años, hoy detenido, y a otro identificado como Lautaro, actualmente prófugo— de haber protagonizado los ataques. “Ese día vinieron armados, querían entrar a mi casa. Tiraban tiros para cualquiera, no les importaba si había chicos. Fue una locura. Emir estaba jugando y se la llevó de arriba”, relató con crudeza.

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En Valle Grande, las familias siguen conmocionadas. Muchos prefieren no hablar por miedo a represalias. Otros, como Roberto, piden que el caso no quede impune. “Fue una pelea ajena, mi hijo no tenía nada que ver. Queremos justicia, nada más”, insistió el padre del pequeño.

La fiscalía, en tanto, continúa trabajando sobre tres líneas: la confirmación balística del arma homicida, la recolección de testimonios y la trazabilidad de las denuncias previas para determinar si hubo omisiones institucionales. Según trascendió, el Ministerio Público Fiscal evalúa si existieron fallas en los protocolos de prevención luego de los llamados de los vecinos.

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