Elecciones intermedias, liderazgos y el nuevo sistema electoral bajo la lupa

Las elecciones de 2025 serán un termómetro para la gestión de Milei y Orrego, mientras el peronismo enfrenta desafíos internos. La implementación de la Boleta Única de Papel marcará un cambio en la estrategia de los candidatos. La opinión del licenciado Omar Ochoa.

Política Omar Ochoa
Javier Milei en San Juan junto a Orrego3
Imagen ilustrativa.

El 2025 será un año electoral de principio a fin, y la elección nacional de diputados marcará una coyuntura de especial fragilidad para San Juan. Este proceso electoral intermedio representa un elemento clave tanto para el presidente Javier Milei, como para el gobernador Marcelo Orrego y, por supuesto, para la oposición peronista.

Más allá de lo político, esta elección intermedia de diputados nacionales, en San Juan tiene un significado adicional basado en la opinión pública. Se la considera un termómetro para evaluar las gestiones ejecutivas tanto a nivel nacional como provincial. Por el lado del presidente, ganar en esta elección representa la aprobación de su plan nacional; para el gobernador tiene la misma relevancia: ganar es una clara señal de la buena gestión.

En San Juan, por ahora, ambas fuerzas van por separado, pero la política es el arte de lo posible y puede surgir un acuerdo en vistas de una posible victoria sobre la oposición.

Esto nos lleva al peronismo o kirchnerismo, que, aunque aparenta unidad ante la sociedad, en los medios de comunicación ha mostrado fisuras. De hecho, para las elecciones nacionales se han presentado tres o cuatro cabezas de lista, entre ellos Gioja, Andino, Gramajo y Allende, lo que refleja un claro interés en participar, pero también cierta fragmentación interna.

Las elecciones intermedias han servido como plataforma para que algunos candidatos se acerquen a la comunidad y luego accedan a cargos de mayor relevancia. Un ejemplo claro es el caso de Susana Laciar, quien, tras participar activamente en este tipo de elecciones, logró convertirse en intendenta de la Capital. Este caso subraya la importancia de mantener un liderazgo territorial sólido y de estar cerca de la comunidad durante todo el proceso electoral.

Este escenario electoral debe ser analizado por cada fuerza política desde una óptica pragmática, considerando los resultados del 2023, ya que los datos indican que cada partido sufrió una derrota en mayor o menor medida. También surge del análisis de las últimas elecciones, que fueron varias en pocos meses: los candidatos representan espacios políticos, pero eso no garantiza que los votantes elijan automáticamente, cada candidato debe demostrar, durante la campaña, qué aptitudes y actitudes lo convierten en un buen representante del pueblo. En otras palabras, más allá de las etiquetas partidarias, los electores buscan líderes que muestren capacidad, compromiso y una conexión genuina con sus necesidades. Este enfoque deberá ser central en las estrategias de cada fuerza política si pretenden lograr el respaldo ciudadano en las próximas elecciones.

A este contexto complejo se suma un cambio significativo en el sistema electoral: este año se implementará la Boleta Única de Papel (BUP). Como mencionamos en el párrafo anterior, este sistema refuerza la importancia de las preferencias electorales individuales, ya que la boleta únicamente incluye la imagen de los candidatos y los colores de su espacio político. De esta manera, queda atrás la era en la que las listas sábanas permitían incluir fotos de figuras nacionales o provinciales, un recurso que muchos partidos utilizaban para influir en la decisión del votante. Este cambio obliga a los candidatos a destacar por sus propios méritos y conexión con la ciudadanía, marcando un nuevo rumbo en la dinámica electoral.

En un escenario electoral cambiante, subestimar la opinión pública y especular con el posicionamiento de cualquier candidato en poco tiempo podría tener repercusiones negativas en la percepción de la sociedad.

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