Sale al mercado el primer microauto eléctrico argentino y del Mercosur

Tecno
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Lo fabrica una unión de empresas pyme que se juntaron para el proyecto. Técnicos de Industria y el Observatorio Vial ya testearon las unidades y deben otorgar la autorización.




 





 

“Hace un ruido bárbaro cuando se enciende. Mirá”. Gira la llave y el vehículo avanza con un silencio impropio para hasta el más tecnológico de los coches a combustible. El microauto eléctrico argentino, que se fabrica en un taller de motos en San Justo, es el único de este tipo que empezará a producirse en serie en todo el Mercosur. Ningún país de la región cuenta con iniciativas serias en la materia.
Es ultraliviano, sólo tiene acelerador, freno y marcha atrás.

El "Sero" requirió casi $60 millones de inversión y, en el mes de noviembre, saldrán las primeras 20 unidades al mercado, una especie de testeo para luego empezar a fabricar en cantidades acordes a las necesidades del mercado local y de exportación. Hace unas semanas, funcionarios de Industria y el Observatorio Vial probaron las unidades disponibles en el galpón, y se espera que en breve habiliten la homologación para que los coches puedan circular por la calle. Cuando eso ocurra, los actuales 15 empleados que tiene la unión de pymes que fabrican, empezarán a entregar al mercado unas 500 unidades anuales, una base de venta que ya tienen asegurada.

"Podemos vender más, acá hay mercado, y en el exterior también", cuenta a Tiempo Pablo Naya, el ideólogo del proyecto. A su lado recorre la planta Sebastián Da Dalt, el propietario de las instalaciones donde hasta hace un tiempo sobrevivía el ensamblaje de uno de los últimos modelos de ciclomotor nacional. En el año 2010, en una visita al Salón del Automóvil de París, Naya -propietario de una concesionaria de una marca francesa en Capital- tomó contacto con una empresa italiana para traer a la Argentina un prototipo de un microauto abastecido sólo por electricidad. A la vuelta, por intermedio de un familiar, se reunió con Da Dalt, diseñador industrial, y cinco años después la iniciativa empezó a rodar. En la planificación a largo plazo, ya analizan una mayor contratación de personal, más allá de la agilidad del proceso de producción. "Con cuatro personas en ensamblaje, se hacen dos vehículos por día", detalla Naya. "En toda la región, el único país en el que se producen este tipo de coches en serie es Argentina", explican los creadores. En el mundo, las exigencias de movilidad urbana y el uso más racional del recurso energético empezaron a generar un fuerte interés por estas alternativas. Europa vende cerca de 10 mil vehículos eléctricos al año, de este y otros tipos. Francia, Italia y España están entre los países con mayor demanda. Y Noruega es el país con más patentamientos. En los Estados Unidos, hay una producción de 20 mil autos anuales, pero no se sabe cuántos patentamientos de los "micro" existen: es que uno de los usos de estos autos es el ámbito privado, countries, supermercados, aeropuertos, seguridad privada, etc. Incluso para entrega de mercaderías, provisión y movimientos de documentos de los Estados.
"En toda la región, el único país en el que se producen este tipo de coches en serie es Argentina", explican los creadores.

Las especificaciones técnicas son la mejor manera para explicar las razones del éxito de este tipo de autos en todo el mundo, y en Argentina: usa baterías de gel, que le permiten una autonomía de entre 60 y 70 kilómetros. La carga es simple, se conecta como un celular en un tomacorriente común y en 6 o 7 horas está completamente cargado. "De hecho, una plancha o un caloventor consumen mucho más", confiesa Naya. El tema de las baterías es a la vez un problema para una mayor autonomía. En su conjunto, el auto pesa 450 kilos (120 por baterías), y permite llevar dos personas. Si utilizara baterías de ion litio, las mismas que se aplican a celulares o computadoras portátiles, lograría una autonomía de 120 kilómetros, pero pesaría más y sería bastante más caro: hoy, las cuatro baterías de gel tienen un precio total de U$S 1000; mientras que las cuatro  de litio oscilan entre U$S 7000 y U$S 9000.

Incluido dentro de la categoría de motos de cuatro ruedas, el microauto argentino puede alcanzar una velocidad de hasta 45 kilómetros por hora, y según sus fabricantes, cuando salga a la calle tendrá un 85% de partes nacionales. Se va a vender en tres colores: amarillo, rojo, y blanco. Y en el taller tienen casi listo un modelo pick up, que tendrá capacidad para llevar una carga de hasta 150 kilos.

En Europa, por las normas de velocidad, este tipo de vehículos no puede circular ni en rutas ni autopistas. En Argentina todo indica que el régimen será similar, aunque no está especificado en ninguna normativa. Es una de las dudas una vez que el gobierno conceda la habilitación para el funcionamiento.

El otro interrogante, es el precio: la idea inicial era un valor cercano a los U$S 10.000, pero la producción en serie abrirá una negociación con los proveedores. Y se especula con la posibilidad de mejorar esos valores. Hoy, ese precio que se maneja es similar a lo que vale un auto de calle que funciona a combustible. Por supuesto, los usos son diferentes.

La importancia de las baterias de Ion Litio

En la Argentina descansa en el Congreso un proyecto de Ley para crear una YPF del Litio, una empresa nacional que permitiría administrar de otra manera un recurso estratégico que hoy está monopolizado por capitales internacionales.

La iniciativa, impulsada por los legisladores Carlos Heller y Juan Carlos Junio, busca copiar el ejemplo de gestión de los países tenedores del recurso: Bolivia y Chile, los más importantes. En la tierra de Evo Morales, se construyeron plantas específicas para el procesamiento del recurso y la fabricación de baterías de litio.
De conseguirse esto en Argentina, no sólo proyectos como el del auto eléctrico serían más rentables, sino casi todos los productos tecnológicos ensamblados en el país.

Las baterías de Ion Litio permiten más autonomía y más comodidad, con un peso acorde. Además, la administración del recurso en manos del Estado permitiría precios más lógicos de las baterías. Sin ir más lejos, casi el 80% del precio final que hoy tienen los equipos como celulares o computadoras responden al valor que tiene la batería de este mineral. Los técnicos que conocen el tema hablan del litio como el petróleo del futuro, como para prestarle atención al fenómeno.

 

Fuente: Tiempo Argentino.-
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