Será en el predio Costanera, en Chimbas, y se extenderá hasta el 12 de mayo.
Harta del maltrato laboral, una sanjuanina emprendió y vende empanadas en una esquina: «Me gusta cocinar»
Se trata de Mariela Lanzoni, que lleva dos años vendiendo empanadas en la calle.
Con una sonrisa en la cara y al grito de «empanadas, lleve sus empanadas», se puede ver a Mariela Lanzoni todos los mediodías en las calles sanjuaninas. La mujer trabajó mucho tiempo en casas de comida porque cocinar es su gran pasión, pero un día se cansó y decidió abrir su propio emprendimiento.
«En las casas de comida recibí maltrato laboral y por eso decidí comenzar a trabajar por mi cuenta», comienza relatando Mariela que lleva dos años vendiendo en la calle.
La mujer contó: «Mis hijos ya son grandes, por suerte ya pasé por la desesperación de tener que trabajar mucho para alimentarlos, ahora trabajo para vivir».
Después de varios años trabajando en las cocinas, la mujer continúa en el rubro: «Me gusta mucho cocinar, por eso empecé a vender empanadas. Al principio traía solamente de carne, ahora vendo siete variedades distintas y traigo viandas como canelones, arroz con pollo, lasanga, entre otros menúes».
«También hago empanadas por encargo. Entre semana suelo vender 8 docenas por día más viandas, y los fines de semana llego a vender hasta 50 docenas», sostuvo contenta la mujer.
Mariela contó que nunca cobró un plan social y que «me da mucha bronca la gente que si lo hace. Considero que el esfuerzo de los trabajadores no lo respetan con los planes sociales. Yo me sacrifico y vengo con calor, frío o lluvia».
Las empanadas que vende Mariela son muy conocidas en la provincia. La mujer hace encargos para eventos, cualquier información comunicarse al 2645196772.
Con una sonrisa en la cara y al grito de «empanadas, lleve sus empanadas», se puede ver a Mariela Lanzoni todos los mediodías en las calles sanjuaninas. La mujer trabajó mucho tiempo en casas de comida porque cocinar es su gran pasión, pero un día se cansó y decidió abrir su propio emprendimiento.
«En las casas de comida recibí maltrato laboral y por eso decidí comenzar a trabajar por mi cuenta», comienza relatando Mariela que lleva dos años vendiendo en la calle.
La mujer contó: «Mis hijos ya son grandes, por suerte ya pasé por la desesperación de tener que trabajar mucho para alimentarlos, ahora trabajo para vivir».
Después de varios años trabajando en las cocinas, la mujer continúa en el rubro: «Me gusta mucho cocinar, por eso empecé a vender empanadas. Al principio traía solamente de carne, ahora vendo siete variedades distintas y traigo viandas como canelones, arroz con pollo, lasanga, entre otros menúes».
«También hago empanadas por encargo. Entre semana suelo vender 8 docenas por día más viandas, y los fines de semana llego a vender hasta 50 docenas», sostuvo contenta la mujer.
Mariela contó que nunca cobró un plan social y que «me da mucha bronca la gente que si lo hace. Considero que el esfuerzo de los trabajadores no lo respetan con los planes sociales. Yo me sacrifico y vengo con calor, frío o lluvia».
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