Las encuestas presidenciales y las dudas por el modelo económico

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Ningún encuestador es tan eficiente como el mercado y hoy los inversores tienen dudas de que el modelo vaya a cambiar.




Las respuestas a un encuestador no tienen costo, pero si los inversores se equivocan pierden dinero.

Ningún encuestador es tan eficiente como el mercado y hoy los inversores tienen dudas de que el modelo vaya a cambiar. En otras palabras, no ven a Daniel Scioli derrotado.

Ellos no están impresionados por el acto de Vélez Sarsfield de Sergio Massa. En cambio están preocupados por quién será el candidato a vicepresidente de Mauricio Macri.

La mejor encuesta parece ser la de los precios de los bonos y acciones porque los que opinan en el mercado juegan su dinero. Las respuestas a un encuestador no tienen costo, pero si los inversores se equivocan pierden dinero. El cambio de humor está a la vista. Hasta la última parte de marzo, el mercado bursátil era una fiesta. Entre el 18 y el 20 de ese mes, las acciones líderes alcanzaron sus precios máximos del año.

Desde aquella época hasta ahora, los papeles de Banco Francés cayeron 20 por ciento; los de Galicia y Edenor, 17 por ciento y los de Pampa, 15%. La excepción fue Petrobras que siguió el rumbo opuesto pero por razones ajenas a la política. Acá funcionó el mercado puro. Después del escándalo de corrupción en Brasil, el papel cayó el 13 de marzo a su valor mínimo. Desde aquel día hasta el viernes subió 95%.

Como este papel es el de mayor peso en el mercado, por los montos que mueve, impidió que el índice Merval, que reúne a todos los papeles líderes, sufriera una debacle.

Con los bonos de la deuda sucedió algo similar. Los principales títulos en dólares con legislación argentina de corto plazo, el Boden 2015 y el Bonar X que vence en 2017, perdieron alrededor de 4,50 por ciento contra un dólar libre que se mantuvo casi sin cambios porque en aquel momento cotizaba a 12,57 y el viernes terminó a al mismo precio.

Esta semana la volatilidad estará a la orden del día. Las acciones de los bancos pasan por su peor momento porque tienen que otorgar aumentos de salarios por encima de 30 por ciento y sus ganancias se vieron recortadas por el Banco Central que puso límites a las comisiones.

El Balance trimestral del Banco Galicia, por caso, tuvo exiguas ganancias y desilusionó a los inversores. Todo indica que tras el aumento salarial en las paritarias, se va a ver más afectado igual que el del resto de las entidades. Además, los bancos tienen en sus carteras acciones y bonos que están perdiendo valor. El conflicto sindical amenaza crecer y los inversores están atentos. Las acciones de los bancos ya no pueblan sus carteras.

Con Pampa Energía y su controlada, Edenor, sucede algo distinto. Son dos empresas técnicamente quebradas pero que tenían ofertas de compras del exterior porque con un nuevo gobierno se vislumbraba un futuro promisorio. Ahora, esos compradores quedaron stand-by y las mejoras en el precio de las tarifas, archivadas. Hoy los dos papeles quedaron sin atractivos.

Los bonos de la deuda tienen el problema de que el Gobierno se enamoró a primera vista de la política de endeudamiento y sale al mercado a pagar tasas cercanas a 9 por ciento. Este empapelamiento de títulos públicos hizo bajar el apetito por los bonos más cortos y ya no son codiciados.

En octubre, hay que pagar 6.500 millones de dólares por el Boden 2015 y nadie sabe si habrá problemas porque está cerca la fecha de las elecciones.

El otro tema que preocupa es la salida de dólares por la ventanilla de los bancos con autorización de la AFIP. En cinco días hábiles se vendieron 200 millones, 40% de lo que se vendió en todo abril. Cuando aumenten los salarios, si el dólar se mantiene quieto, la presión de compra será mayor.

Adquirir dólares a 10,72 pesos para revenderlos a 12,57, sigue siendo un buen negocio. Si el dólar libre sube por la presión de los compradores que se retiran de la bolsa, la brecha puede ser más alta.

Los días que vienen serán complicados. La presión sobre las reservas del Central aumenta. La única posibilidad que tiene el Gobierno de resistir es endeudándose.

El tema es que a partir de agosto, las carteras irán dolarizándose porque son muchos los que no quieren llegar con pesos en su poder a las elecciones de octubre, salvo que el ganador esté definido de antemano.

 

Fuente: Infobae.- 
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