HISTORIA SANJUANINA: Los Olivos de Valle Fértil, testigos de la era colonial

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En la localidad La Mesada, Valle Fértil, se encuentran los dos ejemplares de olivos más antiguos de San Juan, con más de 350 años de edad. Se estima que los especímenes fueron plantados en la primera mitad del siglo XVII y que fueron los únicos que sobrevivieron a la erradicación masiva que de los olivos en toda la Argentina impulsada en su momento por la Corona de España.






"Donde hay un árbol, algo o alguien por aquí pasó", es parte del folklore universal. Parece confirmarlo la actitud de los primeros pobladores -compartida con personajes de la monarquía, militares y miembros de la Iglesia- que contribuyeron a hacer del país un museo viviente.

En este sentido, entre las especies arbóreas singulares que se encuentra en San Juan, como la higuera en la casa natal de Sarmiento o bicentenario manzano histórico la localidad iglesiana de Colangüil donde descasaba en su exilio Cornelio Saavedra, se distinguen dos olivos por ser los más antiguos de la provincia. Se encuentran en la localidad La Mesada, Valle Fértil, y forman parte de un paisaje encantador.

El valor histórico de estos ejemplares de la variedad Arauco fue descubierto en 1990, cuando un medio local realizó el “Primer Concurso del Árbol más Antiguo de San Juan”, obteniendo el segundo premio estos olivos propuestos por Mónica Ramón Fernández. Se estima que los especímenes fueron plantados en la primera mitad del siglo XVII, por lo que se calcula que tienen más 350 años.

Acerca de la introducción del olivo a la Argentina, los registros historiográficos no son muy claros. Una teoría habla de la llegada a través de una expedición militar desde Chile al mando del Capitán Diego de Alvarado, la cual se disemina por todo el norte del territorio. Otra versión indica que fue introducida a La Rioja directamente desde España por el Capitán Don Pedro de Alvarado en el año 1558.

En este mismo sentido, una Cédula Real fechada en agosto de 1531 establece que “todos los maestros que fueren a Las Indias lleve cada uno de ellos en su navío la cantidad que les pareciere de plantas de viñas y olivos, de manera que ninguno partiese sin llevar alguna cantidad”.

Por otro lado, según el Inca Gracilaso de la Vega en “Comentarios Reales de las Incas” afirma que “En 1560, don Antonio De Ribera, vecino que fue de Los Reyes, habiendo años antes venido a España por Procurador General del Perú, volviéndose a él llevó plantas de olivos de los de Sevilla, y por mucho cuidado y diligencia que puso en la que llevó en dos tinajones en que iban más de cien posturas, no llegaron a la Ciudad de Los Reyes más de tres estacas vivas”. Con el correr del tiempo, se cree que una de estas 3 estacas es robada y llega así hasta Chile, desde donde se propaga hacia la Argentina.

Lo concreto es que los olivos en el país comenzaron a multiplicarse y luego a producir en magnitud y calidad. Esta situación alertó y ocasionó que corona española a arrasar con las especies locales para detener la competencia de la producción aceitera americana, pues se veían afectados los intereses olivícolas de España.

Sobre este punto, algunos historiadores plantean que el Rey Carlos III mando a talar todos los olivares de La Rioja, por la competencia que estos realizaban a los de Sevilla, si bien dudan a la vez de la veracidad de tal orden, lo cierto es que el Rey Carlos III insta al Virrey Vertiz a consentir que no se planten viñas y olivares, y éste cumple con la orden.

Es por ello que estos olivos de La Mesada tienen el valor histórico de haber resistido a la erradicación decretada. Posiblemente fue debido a la lejanía del sitio en que se encuentran.

En el año 2005, representantes de la provincia de San Juan formularon un proyecto de ley a fin de que ambos olivos fueran declarados a nivel nacional como “Árboles Históricos”. Además, este proyecto establece la conservación de estos ejemplares por parte de la Comisión Nacional de Museos y Monumentos Históricos.

Huerto de los Olivos Históricos, un paisaje encantador

Para muchos, el ir en búsqueda de estos olivos es una aventura en sí misma, ya que en el camino se va cruzando con la naturaleza que brota en la aridez, divisándose mistoles, chañares, cardones, jarillas, y muchas especies más, algunas de la región y otras introducidas en diferentes épocas.

Para quienes quieran acceder a este lugar, deberá llegar en vehículo por la ruta 510 hasta la intersección del arroyo La Mesada. Desde allí iniciar una caminata remontando el curso del arroyo hasta alcanzar el huerto de los dos Olivos.
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