Pablo, el artesano sanjuanino que hace cuchillos a partir de elementos reciclados

Es fácil comprar un cuchillo en casi cualquier sitio, pero la calidad y estética de los cuchillos realizados artesanalmente no tiene comparación en el mercado. Esta es la premisa de un artesano sanjuanino que se dedica al arte de la cuchillería a partir de elementos reciclados. Se trata de Sergio Poblete, y lo que para él comenzó en un momento siendo una pasión y se dedicaba en sus tiempos libres, hoy se ha transformado en su modo de vida.

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Iniciar un negocio propio conlleva dedicación, tiempo y esfuerzos de distinta índole. Aprender un oficio, sentir pasión por él y poder vivir de la actividad que se elige es un logro de muchos emprendedores. Sergio Poblete, oriundo de Santa Lucía, supo encontrar en la fabricación de cuchillos artesanales la combinación perfecta de todas estas características y hoy lleva adelante su propio emprendimiento.

Lo que desde hace unos ocho años atrás para Sergio comenzó como un hobby, actualmente pasa a ser su medio de vida. Es propietario de “Cuchillos El Ceibo”, y en su taller crea piezas únicas a partir de elementos reciclados. “Antes hacía un cuchillito cada tanto, como un hobby. Los hacía para mí y por ahí los tenía guardado, y cuando venía algún amigo me los compraba”, expresa en una entrevista para DIARIO MÓVIL.

La pasión por la cuchillería siempre lo estuvo presente en la familia Poblete. Junto con su padre y hermano, el emprendedor comparte el gusto por los buenos cuchillos, aunque el único que se dedica a la tarea de fabricarlos es precisamente Sergio. Desde que comenzó, ya ha fabricado más de 600 cuchillos, cada una con un toque de singularidad.

Desde una pieza de acero, lograr un cuchillo artesanal se puede hacer solamente con la habilidad, la técnica, la sutileza y la agresividad propias de un maestro artesano, y de esto el Sergio sabe. Para él, crear cada cuchillo es un proceso lento y detallado, abocándose a una entrega absoluta cada vez que se dedica a forjar el metal con esfuerzo y sacrificio.

“Es una tarea bastante detallista. Es por eso el gusto que uno tiene y la diferencia que se hace con los otros cuchillos. No hago dos piezas iguales, son todas piezas únicas. Si lo quieren, se hacen personalizados, sino se hace un cuchillo en el que no hay dos iguales. Todas las terminaciones se dan a mano. En esta parte se dejan de lado las máquinas y se termina todo el proceso de detalles a mano”, explica Sergio.

En ocasiones también suele recibir encargos de clientes que le llevan objetos personales para que sean transformados en verdaderas piezas de exhibición. “Una vez un cliente me trajo una antigua hacha de carneo, de las que se usaba antiguamente, para que realizara un cuchillo de acero ya que esa hacha tenía una valor sentimental en la historia de su familia. Entonces se expresa un diseño, si al cliente le gusta se trabaja”.

Materiales impensados para concebir cuchillas únicas

Un buen cuchillo es la herramienta esencial, por ejemplo, para cualquier persona a la que le guste el campo, la montaña o vagar por la naturaleza en general. Hay literalmente miles de opciones en el mercado, pero la calidad siempre varía en el material que se emplea en su producción.

Por ello, para muchos artesanos la hora de búsqueda de materiales para la forjar un cuchillo es tan apasionante como la fabricación misma del cuchillo. Se pueden conseguir muy buenos metales en los lugares menos sospechados, como chatarrerías o en sitios de desguace.

En este sentido, Sergio opta por reciclar elementos viejos y los transforma en piezas de gran resistencia, y su elección depende del modelo de cuchillo que desea crear.

“El tema de emplear materiales reciclados te lleva a que el cuchillo tenga ese detalle único. Si ha sido realizado en una lima o en una de esas llaves Baco, que son las que más utilizó, tienen ese toque especial. Lo otro es que en el reciclado de materiales podamos aportar un granito de arena para ayudar contra la contaminación. En vez de que ese material se pudra, es volverlo a utilizar”.

No obstante, el utilizar materiales reciclados no es tarea fácil desde el punto de vista del precio. “Si nos podemos a ver en el tema de costos por ahí a mí me conviene comprar acero virgen, como hacen la mayoría de los cuchilleros. Pero siempre tiene ese detalle más especial el tema de reciclar un fierro viejo, una hoja de elástico, un disco de arado o unas llaves que estén en desuso porque se rompieron o ya no tienen utilidad”.

De la misma manera, el artesano cuenta que si se opta por el reutilizamiento, se requiere emplear más esfuerzo y tiempo. “Es más fácil manejar un material virgen, que directamente se trabajan  y se ahorra un paso que sería el tenerlo que destemplar. Si directamente comprase las planchas de material virgen sería más fácil que reciclar los materiales”, explica, puntualizando que este tema no lo desiste de realizar cuchillos dándole vida a viejos elementos, sino que lo motiva a fabricar piezas únicas de gran estética y calidad.

Sergio emplea esfuerzo y tiempo tanto en el producto final como en su presentación. Para ello, él también fabrica los estuches a partir de cuero vacuno o caprino. Estos son cosidos totalmente a mano con hijo o tientos de cueros. Lo mimos ocurre con las empuñaduras, que pueden estar encabadas en astas de ciervos con pasadores de bronce, dependiendo del diseño o la especificación del cliente.

 “Sería bueno que sea más reconocido lo que es la cuchillería artesanal. En mi taller se hace todo como en la vieja escuela y hay solo un cuchillo único, no hago dos cuchillos iguales”, concluye.

Fotos: Gentileza de Sergio Poblete.