Los gremios unidos reclaman a Macri un plus salarial

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Moyano-Caló-Barrionuevo
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Tras la devaluación, las tres CGT y las CTA reclaman en conjunto un bono adicional este fin de año. 




 



 

El impacto en el bolsillo de la devaluación del peso empujó a las cinco centrales obreras a una forzada unificación. Diferentes sindicatos de las tres CGT y de las dos CTA presionan en conjunto para obtener un bono de emergencia para compensar la inflación y la caída del valor adquisitivo del salario tras la eliminación del cepo cambiario.

Las tres vertientes de la CGT, que darán hoy un paso clave hacia la reunificación, pedirán al Gobierno negociaciones salariales libres y la eliminación del impuesto a las ganancias.
Hubo gremios que ya fijaron en 50% el porcentaje de suba para las paritarias. Los estatales y la CTA Autónoma se movilizarán el martes a la Plaza de Mayo y podrían sumarse a la protesta de gremios de la CGT y la izquierda.

De la semana pasada a ayer, las demandas sindicales se intensificaron a partir de las últimas medidas económicas dispuestas por Mauricio Macri. Exigen un plus salarial de $3000 a $8000, de acuerdo con el sector; la eliminación de Ganancias, y hay sindicatos, como el de los gastronómicos, de Luis Barrionuevo, que ya advirtieron que pedirán un aumento del 50% en las próximas paritarias.

"Espero que no le hayan sacado el cepo al dólar y se lo quieran poner a las paritarias", dijo Hugo Moyano en Radio La Red. El jefe de la CGT con base en Azopardo condicionó aún más su relación con el macrismo. "Esto tiene aroma a los 90", comparó el camionero, quien durante la década menemista y el gobierno de la Alianza encabezó la mayoría de las protestas en contra del ajuste.

El Presidente recibió a Moyano poco antes de asumir. Fue el único sindicalista con el que Macri se reunió cara a cara y el único encuentro del que divulgó detalles. Pero a pesar de este acercamiento el líder gremial blanqueó delante de sus pares de la CGT que él "no se casó con nadie" y se mostró decidido a activar los reclamos salariales del sindicalismo peronista.

Repetirá hoy este mensaje en un plenario en Azopardo, donde se acordará reunificar la CGT en 2016. Impulsan el rearmado de la central obrera el moyanismo, "los Gordos" (representantes de los grandes gremios), el barrionuevismo y el sector denominado "independiente", que integran la Uocra y los estatales de UPCN y Obras Sanitarias. Hasta anoche no estaba garantizada la presencia de Antonio Caló, aunque el jefe de la CGT oficial y de la UOM podría enviar en nombre propio a Francisco "Barba" Gutiérrez.

El Gobierno monitoreó de cerca los reclamos sindicales, pero no dio garantías de que pueda surgir una respuesta favorable en el corto plazo. Así al menos se lo expresó el ministro de Trabajo, Jorge Triaca, a dirigentes jerárquicos de la CGT oficial, con quienes almorzó ayer en la sede del Sindicato de Comercio.

Antes de la devaluación, Triaca ya había desestimado ante Pablo Micheli, de la CTA, que el Gobierno fuera a habilitar el pago de un bono para los estatales. Ayer, el funcionario y sus voceros evitaron responder a las consultas periodísticas.

"Triaca tiene buena predisposición, pero se duda de su verdadera capacidad de maniobra. Le advertimos sobre el impacto del cepo en la canasta básica y la necesidad de mantener el nivel de empleo", contó un sindicalista que participó ayer del encuentro con el ministro.
La preocupación por la caída del empleo se acentuó tras conocerse ayer el despido de 189 operarios de la UOM en Techint.

También la influyente Confederación de Trabajadores del Transporte envió una advertencia al Gobierno. "Habrá que estar atentos a la evolución de los precios sobre el costo de vida. Históricamente las devaluaciones han golpeado el bolsillo de los trabajadores", expresó en un documento. Y continuó: "Queremos que el mismo tratamiento dado a los sectores agroexportadores e industriales se realice con los sindicatos. Sería bueno no repetir la política del parche de Cristina Kirchner con Ganancias porque después del pago del aguinaldo sigue la confiscación".

Así, el rompecabezas sindical se une y rompe la furtiva tregua que habían insinuado Moyano y Barrionuevo, los dos interlocutores gremiales que priorizó Macri al desembarcar en la Casa Rosada.

 

 

Fuente: La Nación.-
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