El calvario de una sanjuanina en manos de su pareja: "En pedacitos te van a sacar"

Este jueves, el calvario que vivió una sanjuanina, durante años, culminó con una condena efectiva para su pareja. Se trata de Juan Ramón Álvarez, con quien mantuvo una relación de 2 años.

A lo largo de ese tiempo, la víctima padeció de violencia psicológica verbal y física, pero no lo denunció por temor a represalias. Inclusive, en octubre del año pasado, Álvarez llegara borracho y le diera un golpe de puño en el rostro a la mujer, se separaron, pero a los cuatro meses retomaron la relación.

Otro hecho ocurrió el 18 de febrero, cuando el imputado, ofuscado y de mal humor, no quería que la damnificada hablara y tampoco la dejaba irse de la casa. Al día siguiente, en horas de la tarde, ambos estaban en el interior de la casa, ubicada en Rawson, y en un momento Álvarez le dijo a la mujer que se fuera. 

La mujer salió de la vivienda y el imputado le cerró la puerta con llave. La víctima pidió que la dejara sacar sus cosas, pero el imputado abrió la puerta y comenzó a insultarla. Luego, la agarró de los pelos y le dijo “que te gusta gritarme ahí afuera”.

Además, el violento tomó un cuchillo tipo tramontina e intentó agredirla, pero ella lo esquivó. El agresor tiró el cuchillo al piso le escupió en la cara y continuó insultándola.

Seguidamente Álvarez, agarró una botella de cerveza y la rompió contra el piso, la tomó desde el pico y la parte del vidrio roto, se lo colocó en el cuello a la mujer. "Las putas se mueren por el cuello. Ahora te cago matando, en pedacitos te van a sacar", le dijo. 

Pese a la gravedad del caso, la víctima logró lo empujarlo para sacárselo de encima y salió del lugar. Sin embargo, el imputado le tiró piedras que impactaron en la nuca de la mujer, causándole lesiones. Finalmente, Álvarez salió a la vereda, tomó nuevamente a la damnificada de sus cabellos y le dio un golpe de puño en el ojo izquierdo.

Afortunadamente, en ese instante,  dos hombres que pasaban por allí llamaron a la policía, mientras el imputado se metió adentro de su casa. Con ese panorama, la damnificada se animó a denunciarlo y pidieron la detención del violento, que estuvo prófugo hasta el 18 de marzo. 

Este jueves, en Tribunales, terminó todo con la condena a un año de prisión efectiva por los delitos de lesiones leves agravadas por el vínculo y por ser cometidas en contexto de violencia de género y amenazas agravadas por el uso de arma.