Rodrigo Rey le pidió celeridad a la Justicia para que le renueven la matrícula a sus hijos con autismo

A pocas semanas del cierre del año escolar, el arquero de Independiente, Rodrigo Rey, continúa exigiendo justicia para que el colegio privado José Manuel Estrada, en City Bell, renueve la matrícula de sus hijos Benicio, de 8 años, diagnosticado con Trastorno del Espectro Autista (TEA), y Renata, de 16.

La familia enfrenta esta batalla legal desde octubre, cuando recibieron una carta documento en la que se les informó que ninguno de los menores podría seguir asistiendo a la institución en 2025.

Rey y su esposa, María Laura, aseguran que esta decisión es una represalia por las denuncias públicas que realizaron en junio sobre la falta de inclusión para Benicio. En esa ocasión, visibilizaron, entre otros problemas, una imagen que mostraba a su hijo descansando de forma inadecuada en una colchoneta improvisada. A pesar de ofrecer costear reformas para adaptar las instalaciones del colegio a las necesidades del menor, aseguran que sus propuestas fueron ignoradas.

La situación escaló cuando el colegio les envió una primera carta documento exigiendo que se retractaran de sus denuncias. La familia respondió solicitando el cumplimiento de las normativas sobre educación inclusiva. Sin embargo, en lugar de dialogar, el instituto redobló su postura al negarles la reinscripción de ambos niños.

 
El rechazo del colegio no solo afecta el bienestar educativo de Benicio, quien encontró en sus compañeros un entorno seguro y de apoyo, sino también a Renata, que se encuentra cursando su último año de secundaria y ha forjado lazos afectivos fundamentales en esta etapa.

La familia Rey presentó un recurso de amparo ante la Justicia, argumentando que el colegio está incumpliendo las normativas de educación inclusiva. Aunque una medida cautelar fue rechazada el 28 de noviembre, apelaron la resolución, esperando revertir la decisión.

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En una carta abierta, Rey agradeció el apoyo recibido de familias, ONG, medios y la comunidad en general, destacando la importancia de sentar un precedente para garantizar el derecho a la educación inclusiva. “Esperamos con el corazón en la mano que la justicia sea rápida y justa, no solo por nuestros hijos, sino por todos los niños que enfrentan situaciones similares”, expresó.

La lucha de la familia no es solo personal; busca visibilizar las barreras que enfrentan muchas familias en la búsqueda de una educación que respete y valore la diversidad.