Cristina estrechó relaciones con Venezuela y China en Nueva York

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En su gira de este fin de semana, la Presidente argentina destacó las reuniones con Maduro y Xi Jinping. Además hoy hablará en la Asamblea General de la ONU.




 



 

Cuando le quedan 73 días para dejar el Gobierno, y en el centro del poder mundial, Cristina Kirchner eligió reforzar su alianza estratégica con China y Venezuela, en una muestra del alineamiento político que mantendrá sin fisuras hasta el final de su mandato.

La Presidenta se reunió ayer con los mandatarios de China, Xi Jinping, y de Venezuela, Nicolás Maduro, dos encuentros que la comitiva argentina destacó como el dato clave del segundo día de Cristina en esta ciudad antes de que hoy hable ante las Naciones Unidas y dé así el último discurso de sus ocho años de gestión.

En medio de la persistente y tirante relación con el gobierno de Barack Obama, que el kirchnerismo nunca logró reencauzar. Los dos encuentros que mantuvo Cristina buscaron marcar el paso de dónde se posiciona el Gobierno para los últimos dos meses de mandato en el escenario internacional.

Excusa de Kicillof por la ausencia de Scioli

El primer gesto hacia China se dio con la asistencia de la Presidenta al foro convocado por Xi Jinping, ayer por la mañana, para debatir sobre la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres.
Es la primera vez que Cristina acepta una invitación en el marco de las Naciones Unidas por fuera de lo que es su participación anual en la Asamblea General.

Aunque fue un encuentro corto, que no duró más de 10 minutos, la propia Presidenta, a través de su cuenta de Twitter, destacó que se trató de una reunión bilateral la que mantuvo con Xi Jinping, a solas, con la única compañía de los traductores oficiales. El apretón de manos y el corto diálogo se dieron en la antesala del lugar donde se hizo la reunión de líderes mundiales, en forma paralela a los plenarios en la sede de la ONU, del que participaron también la brasileña Dilma Rousseff y la alemana Angela Merkel. No fue casual que como parte de esa actividad Cristina sólo haya destacado sus encuentros con el presidente chino y con Maduro. Con Merkel, por ejemplo, ni se cruzó. Tampoco con François Hollande, otro de los jefes de Estado que participaron del foro convocado por Jinping.

En momentos en los que las reservas escasean y el Gobierno deberá enfrentar en los próximos días un vencimiento de deuda por 6500 millones de dólares de los Boden 2015, la intención del Gobierno fue mantener firme la alianza con China ante la posible necesidad de auxilio financiero. Incluso, el mes que viene deberá comenzar a pagar la primera parte del préstamo que acordó el Banco Central a través del swap con China.

El ministro de Economía, Axel Kicillof, apareció por el lobby del hotel Mandarin, donde se hospeda la delegación argentina, para dar cuenta como vocero oficial de las actividades de la Presidenta. El funcionario volvió a dejar abierta la puerta a un posible canje para quitarle presión a las reservas, aunque descartó que el motivo de su viaje aquí estuviera relacionado con realizar un sondeo a los bancos extranjeros. "No vine a eso, vine por haber trabajado en los principios [sobre reestructuración] de deuda", respondió el ministro ante la consulta periodística. Ése será, de hecho, uno de los temas que destacará hoy Cristina en su discurso.
Con Maduro la charla se extendió más allá de un mero encuentro casual.

Las dos delegaciones ocuparon una sala de la planta baja de la sede de la ONU para un encuentro que contó con la presencia de toda la comitiva argentina, desde Kicillof hasta el canciller Héctor Timerman, sumados Carlos Zannini y Oscar Parrilli. La información se encargó de hacerla pública el propio Maduro, también vía Twitter, mientras el Gobierno jugaba a las escondidas con la agenda presidencial. Apenas volvió de la ONU, Cristina se reunió con Kicillof y el secretario de Medios, Alfredo Scoccimarro, en su suite del piso 54. Sólo dejó algunas impresiones en las redes sociales y no volvió a salir.

Discurso

En el único discurso público que dio aquí Cristina se quejó de las críticas que recibía por ser mujer y las consideró "sexistas". Fue una intervención corta, inusual para la Presidenta.
Es que por estricto protocolo, todos debían hablar tres minutos. Sin leer, ella ocupó seis.

Hoy le tocará hablar en el recinto central de las Naciones Unidas. Por supuesto, celebrará la aprobación de los 9 principios básicos sobre reestructuración de deudas soberanas y reclamará que el año próximo se avance en una reforma de hecho, más allá de meras declaraciones.

Pero el punto más significativo de su mensaje estará puesto en la posición que asuma respecto del fallido acuerdo con Irán para la investigación del atentado contra la AMIA, sobre todo tras la muerte del fiscal Alberto Nisman. Invitados por Cancillería vinieron un grupo de familiares encabezados por Sergio Burstein, con lo que el tema será parte central de la última intervención presidencial.

 
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