El pentacampeón del surf argentino le cumplió el sueño a su amigo parapléjico

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La amistad y la perseverancia hicieron que Nicolás Gallegos viviera una experiencia única superando sus limitaciones; "Fue la ola de mi vida", dijo.





"Surfeé muchas olas en mi vida, pero ninguna como esta", dice el pentacampeón argentino de surf, Martín Passeri. Y es que "el Pony", como lo llaman sus amigos, redobló la apuesta. En esta ocasión lo hizo cumpliendo un sueño: surfear junto a su amigo Nicolás Gallegos, quien a causa de un accidente, está parapléjico hace 18 años.

"Nos metimos al mar seis o siete veces hasta que logramos pararnos. Todos los días de práctica eran una fiesta, llenos de incertidumbre, pero una fiesta en fin", cuenta Martín. Si bien el sueño de su amigo significaba un gran desafío y responsabilidad, nada parecía frenarlos. "Siempre fui de romper límites y ahora los tengo desde que me levanto", dice Nicolás a sus 38 años. Sin embargo, su voluntad pudo más y logró enfrentar lo que le gusta llamar la "ola de su vida".
"El me decía «vamos para adelante Tincho», era increíble. Nico es un héroe para mí. Su sonrisa en ese momento era impagable", dice Martín.

"Fue una experiencia única, se moría de ganas de estar parado en la tabla o «erguido» como dice él", cuenta el surfista. Y así fue. En el último Campeonato Nacional de Mar del Plata y rodeados de miradas expectantes, los amigos vivieron una experiencia que jamás olvidarán.

Con lágrimas en el rostro y aplausos de fondo que parecían interminables, ambos se abrazaron y emocionaron. "Tincho vos no me entendés, hace años miro todo el mundo de abajo y por primera vez lo vi de arriba", le dijo Nicolás a su amigo.

 


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No es casual que el deportista sea apodado "el guerrero de mar". Martín tiene tres hernias de disco y a pesar de los dolores constantes pudo enfrentar este nuevo desafío. "Mi corazón estaba feliz. Fue lograr lo imposible, demostrar que somos ilimitados", dijo el surfista. Según su relato, esta experiencia no se compara con ningún campeonato ganado sino que va más allá, trasciende. "Montado sobre mi caballo más alto que yo, sólo Dios. Eso pasó arriba del lomo del campeón", fueron las palabras de agradecimiento del joven tras alcanzar su objetivo.
Mi corazón estaba feliz. Fue lograr lo imposible, demostrar que somos ilimitados", dijo el surfista.

Nicolás pudo cumplir un sueño que creía imposible y Martín conoció una nueva arista de su profesión. "Nico fue mi maestro, me ayudó a entender muchas cosas. Esa fue la fuerza que hizo que nos podamos parar en esa ola que, sin duda, fue la mejor ola de mi vida", dijo emocionado el surfista.

 

Fuente: La Nación.-
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