Uno de cada cuatro estudiantes abandonó la escuela durante en el 2020 en barrios los POPULARES

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La modalidad virtual afectó especialmente a los chicos de sectores más vulnerables. El 9,1% no pretende retomar las clases en el ciclo 2021.






El 27,3% de los alumnos de barrios populares dejó la escuela en algún momento de 2020.
La suspensión de las clases presenciales por la pandemia de coronavirus fue uno de los principales debates durante 2020 y continúa en la actualidad con la llegada de la segunda ola de la enfermedad al país. Desde el comienzo, expertos alertaron que los principales afectados serían los chicos más vulnerables. Ahora, un estudio realizado por el Observatorio de Argentinos por la Educación aclaró el panorama y arrojó que, el año pasado, uno de cada cuatro estudiantes de primaria de barrios populares abandonó la escuela, de los cuales uno de cada 10 no pretende retomar sus estudios en el ciclo 2021.

Los datos surgen del primer informe de la serie “La interrupción de clases presenciales en los barrios populares, un estudio exploratorio sobre la situación de familias y estudiantes”, impulsado por Sandra Ziegler (FLACSO Argentina), Víctor Volman y Federico Braga. En él, analizaron las consecuencias que el Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio (ASPO) por coronavirus tuvo en “la continuidad pedagógica y bienestar de los estudiantes”.}

En el tiempo que las escuelas estuvieron cerradas, poco más de un tercio de los alumnos de barrios populares tuvo contacto diario con sus docentes (35,5%). El 25% se comunicó entre una y dos veces por semana y el 22,4%, entre tres y cuatro. Un dato alarmante: el 8% no se conectó desde que se suspendió la presencialidad. Es que seguir las clases virtuales es más difícil para los chicos de los sectores vulnerables, por las dificultades de acceso a la conectividad y tener que compartir dispositivos entre varios integrantes del grupo familiar, entre otras cosas.

En esos más de ocho meses que las escuelas estuvieron cerradas, el 42,3% de los alumnos destinó entre tres y seis horas por día a actividades escolares en sus casas. Otro 42,3% dedicó menos de tres horas diarias, mientras que solo el 10,3% estudió más de seis horas cada día. Estos datos, que muestran la realidad de familias de estudiantes de nivel primario de barrios populares, son similares a los que arrojó otro estudio realizado por el Observatorio a una muestra representativa a nivel nacional de escuelas estatales y privadas.

Uno de los datos más preocupantes tiene que ver con la cantidad de chicos que, por distintos motivos, abandonó sus estudios mientras las aulas permanecieron cerradas. El 27,3% de los alumnos, esto es, uno de cada cuatro, dejó la escuela en algún momento del año. El mes en que se detectó mayor deserción escolar fue agosto.


De esos estudiantes, el 9,1% afirmó que no pretendía retomar sus estudios en el ciclo 2021, mientras que el 90,9% aseguró lo contrario. Para los autores del estudio, la información es contundente para plantear la necesidad de la revinculación de esos chicos con la escuela y para diseñar políticas para la inclusión de ese grupo en particular.






Uno de cada diez chicos de barrios populares afirmó que no pretende retomar sus estudios en el ciclo 2021. (Foto: Télam)

Otro de los datos que arrojó este informe tiene que ver con un tema que generó mucha preocupación durante el tiempo que estuvieron cerradas las escuelas: la alimentación de los chicos. Es que la pandemia aumentó la cantidad de familias en situación de vulnerabilidad y complejizó aún más la realidad que se vive en los barrios populares. En este sector, varios referentes señalaron a los colegios como núcleo de contención para los más jóvenes.


Según los resultados de la encuesta, el 84,4% de las escuelas a las que asisten los alumnos de los barrios populares brindan algún tipo de alimento, ya sea desayuno, almuerzo o merienda. Esto marca algo importante: la mayoría de los establecimientos educativos cumplen otras funciones básicas en estos barrios más allá de la labor pedagógica.




Durante los meses que se suspendió la presencialidad en las escuelas en 2020, el 43,3% de los estudiantes vieron interrumpida la asistencia alimentaria por parte de las escuelas, mientras que en el 56,7% de los casos sí se mantuvo la provisión de alimentos.


En este contexto, uno de cada dos estudiantes recibió asistencia de organizaciones sociales, sobre todo en forma de distribución de alimentos (39,7%), pero también por medio de clases de apoyo (6,4%) y provisión de materiales pedagógicos (3,8%). Entre esas organizaciones aparecen, en primer lugar, espacios comunitarios y barriales (46,2%), seguidos de iglesias (15,4%), ONGs (15,4%), juntas vecinales (10,3%) e instituciones públicas (7,7%).


Para la autora, el informe evidencia “la necesidad de atender prioritariamente y procurar la presencialidad de los estudiantes de sectores vulnerables cada vez que resulte posible”. “La discontinuidad tiene consecuencias severas y amenaza la escolarización en el nivel primario, que se encuentra ampliamente extendido y consolidado en nuestro país”, remarcó.

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