Cuatro niños que sobrevivieron por el cuidado de los animales

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Se conocieron casos de niños que salvaron sus vidas gracias al cuidado de los animales

En el blog MNN hablan de varios casos de lo que se conoce como "niños ferales". El más famoso de ellos es Víctor de Aveyron, inmortalizado por el cineasta francés François Truffaut en la película "El pequeño salvaje".  Apareció en los bosques próximos a los Pirineos en los últimos años del siglo XVIII, totalmente desnudo, sucio y con la piel cubierta de cicatrices. Víctor fue objeto de numerosos estudios, pero casi treinta años en compañía de otras personas no alcanzaron para determinar su origen, ni siquiera para modificar de manera considerable su comportamiento animal.

Otro es el caso de Madina, una pequeña de nacionalidad rusa olvidada por su madre alcohólica. Los servicios sociales dieron con ella en 2009, cuando apenas tenía tres años. Caminaba a cuatro patas y trataba de comunicarse con ladridos: el rechazo de su progenitora había provocado que Madina se refugiase en el cariño de los perros que vivían en su casa. Por fortuna, su salud física y mental era relativamente buena y ha podido emprender una nueva vida.

En Uganda se conoció otro caso moderno, el de John Ssebunya, nacido en Kabonge a mediados de los ochenta. Según una de las versiones sobre su origen, con tres años huyó a la selva tras presenciar cómo su padre asesinaba brutalmente a su madre. Durante los tres años siguientes vivió con una colonia de monos, hasta ser descubierto y rescatado por los habitantes de un pueblo cercano.

Tras rehabilitarse en un orfanato, John ha demostrado unas sorprendentes dotes para cantar, integrándose en un coro que llegó a realizar una gira por Inglaterra.

En San Felipe, México, todavía se cuenta la historia de una niña salvaje capturada a mediados del siglo XIX, tras ser avistada cazando cabras en compañía de una manada de estos cánidos. Según el relato, los animales acudieron a su rescate a las pocas horas, atraídos por los incesantes aullidos de su compañera. Obviamente, es imposible contrastar la veracidad de este caso.

Fuente: El Intransigente.
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