El “debut bancario” se adelanta y ahora se usan tarjetas desde los 13 años

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Una tendencia que crece por la inseguridad.Para los padres es una alternativa más práctica de darles dinero. Y los bancos suman productos para captar a los chicos.

Los nuevos adolescentes ya no se conforman con pedir unos billetes cada tanto para sus gastos, o con tener su mensualidad. Equipados con celulares y más independientes que nunca, hoy también van al cajero, tienen cuenta bancaria y pagan con tarjeta, en efectivo o en cuotas. Todo a partir de los 13 años, apenas empiezan el secundario. Mucho antes que hace sólo una década.

Esto es posible porque, en los últimos años, se multiplicaron las opciones para el adolescente tenga un "debut bancario" temprano. Tanto que hoy existe una amplia oferta de productos financieros para chicos de 13 a 17 años, entre los que figuran tarjetas, cuentas y chips siempre vinculados a las cuentas de los padres, que aportan los fondos y también ven ventajas en el sistema. Una de ellas es que lo consideran una forma de enfrentar la inseguridad.

Lo que muchos padres hacen es pedir extensiones de su tarjeta de crédito a nombre de los hijos, y fijarles un límite de gasto. Los bancos Ciudad, Itaú, Provincia, Galicia, Santander Río, Hipotecario y Patagonia son algunos de los que dan adicionales a chicos desde 14 años, un piso que hasta hace poco era de 16. Tarjeta Naranja, en tanto, ofrece extensiones "Teen" desde los 13.

"Ahora podés compartir tus beneficios con tus hijos", invita el Hipotecario en el aviso de sus "Adicionales +14". Destacan así que esos plásticos gozan de los mismos descuentos en locales que los demás plásticos.

Sin chance de pagar en cuotas, las tarjetas prepagas recargables son otra opción popular desde 14 años. Emitidas a nombre del menor, los padres las usan para pasarle plata desde sus cuentas. Y luego, funciona como una tarjeta de débito con la que se puede gastar el saldo o extraerlo en el cajero. La Tarjeta para Adolescentes de MasterCard es un ejemplo. La Visa Recargable, otro.

"Está dirigida al segmento joven como primer producto financiero. Es ideal para viajes y permite a los padres administrar las mensualidades. La demanda para estas necesidades aumentó en el último tiempo", revelaron en Visa Argentina.

Pero algunos bancos también dejan que el chico maneje una tarjeta de débito común. En el Patagonia, jóvenes desde 16 años pueden sacar su Cuenta Universitaria, una caja de ahorro con un plástico de débito que permite acceder a descuentos.

Clientes del Itaú, en tanto, pueden pedir para cada hijo desde 14 años una "Cuenta Vínculo" y transferirles fondos para que los usen con su supervisión. "La idea es contribuir a una bancarización temprana del adolescente. Desarrollar hábitos de educación financiera básica, fomentar el ahorro y la responsabilidad en el manejo de gastos e ingresos", comentóc Fernando Gómez Sánchez, gerente de Producto del Itaú.

Sin ir tan lejos, para los pequeños gastos, muchas familias prefieren que el joven lleve un chip de micropagos que debita dinero de la tarjeta de crédito o de débito de un adulto. La opción en esto es Monedero TAG: el dispositivo se lleva como pulsera, en el llavero o el celular, se recarga automáticamente al quedarse sin saldo (con $ 25, $ 50 o $ 100) y se usa para gastos como viajes, comidas o una compra de kiosco.

Pero hay más: "¿Tu hijo está de viaje y se quedó sin efectivo?", pregunta el Banco Provincia. La solución la ofrece con Punto Efectivo, un sistema para enviarle hasta $ 600 por día y que pueda extraerlos sin tarjeta en cajeros de todo el país.

"Antes los jóvenes no se bancarizaban hasta los 19 años, pero ahora muchos arrancan desde los 13 o 14, y encuentran cada vez más propuestas", analizan Ximena Díaz Alarcón y Mariela Mociulsky, directoras de la consultora especializada en tendencias Trendsity. "Su demanda crece -explican- porque le permiten al adolescente ganar autonomía e independencia, y a los padres controlar. Los adultos también valoran que los chicos puedan andar con menos dinero que puedan robarles."

En el Santander Río y el Patagonia suman que, en muchas familias, la bancarización llega con el primer viaje solo del adolescente por turismo, estudio o trabajo. Ni hablar si es al exterior, donde las tarjetas dan acceso al "dólar turista". Otras veces lo que más "tira" es la chance de usar los descuentos en gastronomía, espectáculos, ropa y otros rubros.

Con datos oficiales, en el Banco Galicia destacan que hoy hay 3,5 millones de argentinos de 14 a 18 años. "Aproximadamente el 50% de la población adulta está bancarizada, así que podríamos alcanzar a un universo potencial de 1.800.000 jóvenes de esa edad", especulan. Más que los 1.600.000 universitarios de 18 a 27 años a los que hoy buscan captar con un nuevo servicio: MOVE.

Así, para los bancos, apuntar a los adolescentes es toda una oportunidad. Por un lado, de darle un servicio más a los mayores. Por otro lado, de acercarse a sus futuros clientes antes que la competencia.

Fuente: Clarín.
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