Selección: Último partido del grupo con mucho por demostrar

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La Selección Argentina juega hoy contra Nigeria el último partido de la fase de grupos del Mundial de Brasil. Será desde las 13:00 hs. local. A pesar de ya estar clasificada para los octavos de final, los de Sabella deben pagar deudas antes de entrar a la etapa decisiva.

Horas decisivas. Técnico y estrella del equipo a pocas horas del minuto cero del último encuentro de la primera fase.

 

Fuente: La Nación

La Argentina llega sin urgencias a la clausura del grupo frente a Nigeria porque su marcha por la Copa del Mundo lleva el impulso de las estadísticas perfectas. El partido en el Beira-Río, desde las 13:00 hs; no tendrá la pimienta de lo definitorio. Ni la tensión de la intriga. Para resumirlo, apenas con un empate todo estará a salvo. La incertidumbre y la ansiedad quedarán para la semana próxima, cuando los octavos de final impongan la muerte súbita. Sin embargo hay un ronroneo zumbón alrededor de la selección que no la deja en paz. Tiene tanto por corregir que no se puede tomar respiros. Dos partidos jugados y dos ganados podrían suponer el escenario ideal para reservar jugadores y rastrillar opciones en el plan B.

En la antesala del Mundial más trascendente, el que llegará con los cruces directos que no perdonarán distracciones, la Argentina está forzada a crecer. Y a no perder el primer lugar del Grupo F por las bondades logísticas que ofrece comenzar desde allí el recorrido de la etapa final

Pero aún con la tranquilidad de la clasificación para los octavos de final en el bolsillo, la Argentina no puede mirar más allá de esta tarde y apostará por su máximo potencial. El equipo está presionado por conseguir una reparación express después de dos actuaciones descoloridas, apenas salvadas por cañonazos magistrales de Leo Messi. La Argentina necesita pagar deudas antes de ingresar en la etapa decisiva del Mundial. Las victorias contra Bosnia e Irán se construyeron entre algunos baches y extensos desiertos. Demasiado insustancial como para alguien pueda estar tranquilo. Sabella, algo enigmático y en su versión más reservada desde que aterrizó en Brasil, no confirmó la formación porque adujo algunas molestias en jugadores que prefirió no identificar. Sí adelantó que probablemente el esquema madre, el 4-3-3, vuelva a ser la matriz táctica. No descartó algún cambio, pero está dispuesto a renovar la propuesta por los Cuatro Fantásticos. "Sería importante darles rodaje, es indudable que lo necesitan y todos los estamos esperando.", respondió sobre el final de la conferencia de prensa y ahí arrojó más indicios que en los 25 minutos anteriores.

Algo más tarde, en el último ensayo de pelota detenida, apostó por los mismos que hace cuatro días necesitaron de un Messi providencial, en tiempo adicionado, para quebrar la trinchera iraní. Será una vigorosa señal de confianza del entrenador. La Argentina ya se concedió demasiadas licencias y debe recuperar el crédito, nada menos. Sabella cree que el reencuentro podrá darse a través de las huellas más lujosas del ciclo, las que imprimieron los Fantásticos desde su arsenal ofensivo. Es lógico el razonamiento, ellos son los intérpretes más jerarquizados y deben asumir el operativo rescate. Pese a que la actualidad de Higuaín y Agüero, condicionados en los últimos meses por inconvenientes físicos, no conforma al entrenador. Podría incluir a Lavezzi o a Palacio por alguno de ellos para igualmente mantener el póquer ofensivo, pero respetará afinidades y antecedentes con la ilusión de que los Fantásticos recobren la explosividad. "Me preocupa mucho mi selección como para.", comenzó respondiendo Sabella cuando le preguntaron si podía jerarquizar la producción de otros participantes del Mundial. Saludablemente no se engaña. El entrenador asumió que su equipo debe mejorar, y aunque prefirió no abundar en los déficits, aceptó que a la selección le ha faltado movilidad. Se pueden agregar creatividad, algo más de compromiso y un poco de carácter. Todos los engranajes de un funcionamiento aún ausente.

En la antesala del Mundial más trascendente, el que llegará con los cruces directos que no perdonarán distracciones, la Argentina está forzada a crecer. Y a no perder el primer lugar del Grupo F por las bondades logísticas que ofrece comenzar desde allí el recorrido de la etapa final. Distancias cortas, temperaturas agradables y ninguna potencia, al menos, hasta las semifinales. Si se adjudica la zona, la Argentina disputará los octavos de final el próximo martes 1° de julio, a las 13, en San Pablo, con el segundo del Grupo E que también se definirá esta tarde: Suiza, Ecuador o Francia., en principio, en ese orden de probabilidades. Nigeria no intimida. Ni ha convencido, pero con un empate estará en los octavos. Cuenta con volantes veloces para desprenderse y algo distraídos para recuperar posiciones.

La Argentina encontrará más espacios que frente a Irán. Mikel es su eje y referencia para intentar entender a los africanos desde el mediocampo. El DT Khesi, un hombre que atravesó asonadas de su propio plantel y de esferas gubernamentales pese a llevar al equipo al título continental, bromeó sobre cómo detener a Messi. Cuenta con el verdugo de Leo en Sudáfrica 2010. el arquero Vincent Enyeama, que hace cuatro años ahogó todos los intentos de la Pulga en el debut, en Johannesburgo. En Brasil sigue encendido y luce un registro que envidia el resto de los arqueros: es el único que conserva la valla invicta. Siempre se imaginó que el favorable sorteo le iba a servir a la Argentina para ir entregando síntomas de evolución, pero el tercer encuentro todavía descubre a la selección rastreando pistas. Cómodo desde los puntos, el equipo está corto en todo lo demás: juego, variantes y reacción. Sabella prefirió no hundir el bisturí y dejará que los Fantásticos salgan a cazar juntos nuevamente. Con la obligación de atrapar algunas garantías.
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