Se trata de Florencia Genovart que padece endometriosis y del "síndrome del cascanueces", dos enfermedades catalogadas como raras a nivel mundial.
Un panadero vende el pan más barato y el Centro de Panaderos lo acusa de "no estar en regla"
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Panaderos
Hoy en la Feria de Abasto de la Capital hubo un vendedor que se llevó toda la atención de los medios que realizaban sus recorridas diarias. Se trata de Omar, quien decidió vender el kilo de pan a $8, lo que le valió un aumento considerable en la producción. A raíz de esta noticia mágica, el Centro Industrial de Panaderos negó la factibilidad de esta realidad mediante procedimientos “en regla”.
Contrapunto. La Asociación de Panaderos desconoce a quienes venden el kilo de pan a $8.
“Yo empecé este negocio acá hace 4 días. Empecé con 400, y ese día tuve que volver a pedir más pan. Después me mandan 50 kg. De ahí subí a 500 kg. y el sábado llegué casi a 700 kg. Y además vendí más de 800 tortitas”. De esta manera y con alegría Omar describió cómo en apenas 4 días y con un precio menor al del mercado logró aumentar su producción de pan.
Además, el hombre aseguró que no sólo compran las amas de casa, sino que los almaceneros se llevan “entre 9 y 10 kilos”. El emprendimiento lo llevan a cabo entre hermanos y según el panadero, un día se sentaron y dijeron “nosotros a este precio podemos llevarle el pan a la ama de casa”, y agregó que “baja el margen de ganancia, pero en la cantidad se gana. Es recomendable para otros panaderos”. De la misma manera, Omar aseguró que compran la harina al mismo precio que cualquier panadero.
Sin embargo, siempre está la otra parte que no puede soportar que un productor no especule ni se aproveche de los precios. El presidente del Centro Industrial de Panaderos, José Navarro, aseguró que “una panadería con todo en regla no puede vender el pan a $8, ni a $10 ni a $12. La única forma es no estando en regla”.
De esta manera Navarro repudió la iniciativa del panadero y con un trato despectivo, sin atender a otra realidad: las características de la empresa de Omar comparadas con las de una panadería industrial. “Venden medias, peines y cosas en la vereda. No lo venden al mismo precio del local instalado. Lo mismo sucede con la industria del pan, quien no está en condiciones en la AFIP, con empleados en blanco y no puede vender a ese precio”, aseguró Navarro y agregó que “para eso debe ser mano de obra del dueño y no paga ningún impuesto, es la única forma”.
Es entendible el punto planteado por el Presidente del Centro de Panaderos, si se tiene en cuenta la elaboración de pan en forma más bien “industrial”, incluyendo alquiler de local y empleo de una cantidad considerable de trabajadores. Sin embargo, en su postura Navarro no considera la diversidad de formas de producir del mercado del pan, justamente, un rubro donde se puede trabajar de una manera más artesanal, en familia y en una casa, sin tener que afrontar ciertos costos extras. Entonces, en vez de criticar (o más bien enojarse), es necesario valorar que alguien piense en el bolsillo de los ciudadanos, a sabiendas de que podría ganar más dinero vendiendo el pan a precio del mercado.
Por otra parte, Navarro mencionó los controles sanitarios y demás inspecciones que se requieren en cualquier mercado alimenticio y afirmó que para trabajar como corresponde, “hay que vender el pan caro”. Así de determinante y poco dócil se presentó con su argumento José Navarro, y dejó claro que desde el Centro Industrial de Panaderos, no entra la categoría de “productores artesanales” o de menor rango, y mucho menos, bajar los precios.
Contrapunto. La Asociación de Panaderos desconoce a quienes venden el kilo de pan a $8.
“Yo empecé este negocio acá hace 4 días. Empecé con 400, y ese día tuve que volver a pedir más pan. Después me mandan 50 kg. De ahí subí a 500 kg. y el sábado llegué casi a 700 kg. Y además vendí más de 800 tortitas”. De esta manera y con alegría Omar describió cómo en apenas 4 días y con un precio menor al del mercado logró aumentar su producción de pan.
Además, el hombre aseguró que no sólo compran las amas de casa, sino que los almaceneros se llevan “entre 9 y 10 kilos”. El emprendimiento lo llevan a cabo entre hermanos y según el panadero, un día se sentaron y dijeron “nosotros a este precio podemos llevarle el pan a la ama de casa”, y agregó que “baja el margen de ganancia, pero en la cantidad se gana. Es recomendable para otros panaderos”. De la misma manera, Omar aseguró que compran la harina al mismo precio que cualquier panadero.
Sin embargo, siempre está la otra parte que no puede soportar que un productor no especule ni se aproveche de los precios. El presidente del Centro Industrial de Panaderos, José Navarro, aseguró que “una panadería con todo en regla no puede vender el pan a $8, ni a $10 ni a $12. La única forma es no estando en regla”.
De esta manera Navarro repudió la iniciativa del panadero y con un trato despectivo, sin atender a otra realidad: las características de la empresa de Omar comparadas con las de una panadería industrial. “Venden medias, peines y cosas en la vereda. No lo venden al mismo precio del local instalado. Lo mismo sucede con la industria del pan, quien no está en condiciones en la AFIP, con empleados en blanco y no puede vender a ese precio”, aseguró Navarro y agregó que “para eso debe ser mano de obra del dueño y no paga ningún impuesto, es la única forma”.
Es entendible el punto planteado por el Presidente del Centro de Panaderos, si se tiene en cuenta la elaboración de pan en forma más bien “industrial”, incluyendo alquiler de local y empleo de una cantidad considerable de trabajadores. Sin embargo, en su postura Navarro no considera la diversidad de formas de producir del mercado del pan, justamente, un rubro donde se puede trabajar de una manera más artesanal, en familia y en una casa, sin tener que afrontar ciertos costos extras. Entonces, en vez de criticar (o más bien enojarse), es necesario valorar que alguien piense en el bolsillo de los ciudadanos, a sabiendas de que podría ganar más dinero vendiendo el pan a precio del mercado.
Por otra parte, Navarro mencionó los controles sanitarios y demás inspecciones que se requieren en cualquier mercado alimenticio y afirmó que para trabajar como corresponde, “hay que vender el pan caro”. Así de determinante y poco dócil se presentó con su argumento José Navarro, y dejó claro que desde el Centro Industrial de Panaderos, no entra la categoría de “productores artesanales” o de menor rango, y mucho menos, bajar los precios.
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