¿Quién es el economista tan elogiado por Obama?

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Thomas Piketty
Thomas Piketty
Thomas Piketty se convirtió inesperadamente en el autor más vendido de los EE.UU. con su libro "El capital en el siglo XXI", que desde este mes ya podrá adquirirse traducido en nuestro país. La ONU y el FMI también elogian sus planteos. ¿Por qué?

Destacado. El autor francés es furor en Estados Unidos.

Fuente: Infobae

Mientras el papa Francisco canonizaba en abril a Juan Pablo II, la prensa económica y general internacional consagraba a su propio héroe. Con su El capital en el siglo XXI, el economista Thomas Piketty, ignorado hasta entonces por Europa, provocó un choque inédito del otro lado del Atlántico.

Con 43 años, el francés es director de estudios en la Escuela de Estudios Superiores en Ciencias Sociales (EHESS) y fue uno de los fundadores de la Escuela de Economía de París. Especialista en desigualdad económica, recibió en 2002 el premio Le Monde al mejor joven economista de Francia y en 2013 el premio Yrjö Jahnsson que recompensa a los economistas de menos de 45 años.

El fenómeno Piketty

"Piketty ha transformado nuestro discurso económico", aseguró el premio Nobel de Economía, Paul Krugman. "Nunca más volveremos a hablar de la riqueza y la desigualdad de la misma forma. Su libro es el más importante del año y, tal vez, de la década" comentó el columnista del New York Times, que ya le ha dedicado varias páginas al "fenómeno Piketty".

Si bien en Francia las críticas hacían hincapié en su "marxismo de baja calidad", no fue la opinión del presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, que lo invitó a explicar su tesis en la Casa Blanca. El Fondo Monetario Internacional también recibió a la estrella mundial de la economía.

Un mes después de su publicación en el mes de marzo, el libro -que se editará en septiembre en nuestro país, según confirmó Piketty a Infobae- se había agotado en las librerías norteamericanas y continúa siendo el más vendido en la tienda virtual Amazon, amplificando su fama y las cuestiones al respecto.

Por supuesto, críticas han llegado de cada lado del espectro político. El impuesto sobre el capital que propone el economista como solución "ideal" ha sido tal vez el aspecto más controvertido. Sin embargo, según The Economist, hasta "la calidad de las críticas que engendró la publicación del libro ilustra la fuerza de sus argumentos".

"El capital es útil" pero no es sinónimo de crecimiento

Tanto entusiasmo sorprende. La tesis de Piketty plantea su crítica del capitalismo en la denuncia de la desigualdad creada por el ultraliberalismo vigente en la economía mundial.

Sostiene que la acumulación del capital no crea crecimiento en sí. El capital acumulado siempre es mayor a la tasa de crecimiento. La tasa promedio de crecimiento en este siglo fue del 1,5% mientras que en el mismo periodo, el capital aumentó del 4% al 5%.

"La acumulación del capital es algo natural y no es en sí negativo. El capital es útil", afirmó Piketty en una entrevista a la televisión pública francesa en septiembre del año pasado. "Lo único es que hace aparecer desigualdades muy fuertes que pensábamos que ya habían desaparecido", explicó el economista al presentador. Según él, la única forma en que el capital sirva al crecimiento es cuando el Estado se encarga de redistribuirlo a través de los impuestos. Entonces, ¿cómo explicar aquel tremendo éxito en el país que siempre reivindicó el libre mercado?

"Se acabó la ilusión de un capitalismo sin capital"

Precisamente, porque Thomas Piketty no critica la desigualdad entre los sueldos como lo hacía Marx con la plusvalía; lo que pone en cuestión es el uso del capital una vez acumulado, el patrimonio. A lo largo de su historia, Estados Unidos se caracterizó por exaltar el esfuerzo y el éxito. El famoso american dream o la figura del self-made man son sus ejemplos más claros.

Tuvieron la ilusión de que se podía hacer "un capitalismo sin capitalista", o sea, que se podía acumular capital sin tener uno suyo previo.

En las 950 páginas del libro, Piketty analiza la evolución histórica del capital mundial durante los 300 últimos años en 30 países distintos y ubica el origen de esta ilusión en la posguerra (1947/1973). "Las guerras mundiales hicieron del pasado tabla rasa", afirma dándole un guiño al manifiesto del Partido Comunista de Karl Marx.

En aquella época de los "25 años dorados" se inició la reconstrucción del patrimonio destrozado por dos guerras mundiales. El sueldo alcanzaba al trabajador para entrar en el juego ya que el patrimonio pertenecía al futuro.

Thomas Piketty destaca en su libro que el final de este proceso llegó en el siglo 21, y que ahora, como hace cien años, "el pasado se traga al futuro". La sociedad volvió a ser la de los herederos cuya fortuna se "alimenta sola".

La solución: "empezar con un ideal para adaptarlo a la realidad"

El ideal de Thomas Piketty es un impuesto progresivo sobre el capital para "hacer que el 50% que tiene el 5% del capital tenga la oportunidad, un día, de alcanzar al 10% que tiene el 60% de la riqueza". Así lo resumió la estrella de la economía mundial al presentador, Frédéric Taddei, en septiembre del año pasado.

"Los Estados, ahora, ni saben quién posee a sus empresas", deplora Piketty. De ahí una tasación justa es imposible. Se trataría de devolver a los Estados su soberanía a través de bases de datos mundiales para controlar y regular el capital. Aquella medida permitiría regular el capitalismo financiero sin cerrar los países al negocio mundial. "El proteccionismo en sí, no es creador de prosperidad ni de riqueza".

Sin embargo, no hay que olvidar que El capital en el siglo XXI es antes de todo "un libro de fuentes", como lo recuerda su autor, cuyo objetivo era alimentar el debate económico mundial. Objetivo cumplido.
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