Sevatic- D, el invento argentino que permite percibir sonidos a personas con hipoacusia

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Un invento logra que personas con hipoacusia perciban sonidos y ruidos a través de vibraciones. Mediante un dedal, les permite percibir sonidos a quienes no reúnen las condiciones médicas para un implante o audífonos. El creador es el ingeniero argentino Luis Campos, quien se inspiró en el Sistema Braille. “Pensé: si el dedo, en ese caso, tiene la capacidad de sacar fotos y colocar una letra al lado de la otra en la corteza cerebral generando imágenes en el no vidente, por qué no se puede hacer algo similar con la audición”, resume el inventor de Sevitac-D, que hace décadas se dedica a diseñar herramientas tecnológicas para personas con esta discapacidad.



Alrededor de 3 mil argentinos con sordera no reúnen las condiciones médicas para recuperar su audición mediante un implante coclear o un audífono. Pero sí lo pueden hacer a través de un invento medicinal, no invasivo y basado en un código de vibraciones, desarrollado por el ingeniero electrónico argentino Luis Campos.

Se trata del Sevitac-D (Sistema de estimulación vibrotáctil digital) se acciona a través de un dedal colocado en el índice, que es interpretado por un procesador. La idea se gestó en el pleno de la crisis social y económica de 2000, por lo que el inventor lo desarrolló accesible para personas con hipoacusia que no pueden usar un implante coclear o un audífono.

Los aportes de Luis a la tecnología de adaptación para las personas con discapacidad llevan más de 30 años. En 1986, fue artífice de la primera comunicación de una joven argentina cuadripléjica, cuya única facultad voluntaria era la movilidad maxilar.

“Funcionó por la necesidad del otro”, se sincera el ingeniero, quien tiene su taller en el garaje de su modesta casa en la localidad bonaerense de Banfield, pese a estar becado como investigador por el Instituto de Neurociencias de la Universidad de Guadalajara, en México.

Sobre la idea que originó el dispositivo, Luis explica que se basó en el Sistema Braille y en el camino por los seis puntos que utiliza. “El ciego pasa el dedo por los puntos y lee 32 caracteres de izquierda a derecha. Para que se pueda leer desde el papel, el cerebro tuvo que generar una imagen semántica. Con tantos dedos en la mano ¿por qué el Braille usa sólo el índice? ¿Qué pasaría si estimulo con vibraciones al cerebro a través del tacto? Porque el tacto tiene la capacidad de discriminar frecuencias desde los 10 a los 10 mil megahertz”.

De esta manera los sonidos entran en un área que se llama somatosensorial que cubre una gran superficie en el cerebro e involucra al nervio visual y al auditivo. “Braille usó esa área para cubrir el área visual, yo utilicé la auditiva. Así, con el dedal puesto en el dedo índice, el cerebro genera un sonido, a través del tacto”.

Al emitirse ruidos o sonidos, vibra el dedo. El sonido entra a un micrófono que capta todo lo que pasa alrededor en 180 grados, lo procesa y lo devuelve al dedo. Cada letra tiene una vibración diferente y las personas sordas las puedan diferenciar para armar las palabras y comprender lo que se está diciendo. “Con este dedal, la persona se escucha a sí misma, puede regular su voz, su cerebro arma una nueva estructura fonológica, a través de la vibración. Luego debe ser entrenada con una fonoaudióloga”, expresa.

Luis cree que su trabajo generó un cambio de paradigma, con potencial para llegar a mucha gente que lo necesita. Más de 30 personas ya utilizan al “dedal mágico” en nuestro país, igual número en México, y tienen previstas visitas a pacientes en Colombia, Perú, Chile y Estados Unidos.

Fuente: La Nación.
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