De cada $100 que se gastan en comida, $34 son impuestos

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Es para los gastos en carne, lácteos, frutas o verduras. Si el consumidor compra otros alimentos, los impuestos se elevan a $39,70. Y si compra bebidas la carga impositiva absorbe $44.

De cada $100 que el consumidor gasta en el almacén o el supermercado para comprar carne, lácteos, frutas o verduras$34 son impuestos. Si compra otros alimentos, los impuestos se elevan a $39,70. Y si compra bebidas la carga impositiva absorbe $44. Si en vez de hacer esas compras almuerza o cena en un restaurante, los impuestos representarán $38 de cada $100. Y si se hospeda en un hotel la carga impositiva alcanzará al 40,1% del gasto.

Los cálculos son del IARAF (Instituto Argentino de Análisis Fiscal) e incluyen los impuestos nacionales, provinciales y municipales. El IVA, que para algunos alimentos básicos es del 10,5% y para el resto alcanza el 21%, es el de mayor incidencia sobre el precio final, seguido de las cargas sociales e Ingresos Brutos. Hay que recordar que en 1990 el IVA era del 13%. En la “década convertible” fue elevado primero al 16%, luego al 18% y después al 21%, y no se redujo sino se mantuvo en ese porcentaje durante las gestiones posteriores a 2001.

Esta fuerte impacto impositivo sobre los bienes de consumo indispensables es regresivo ya que los más afectados son los sectores de menores recursos que gastan la mayor parte de sus ingresos en esos bienes básicos. En cambio, la renta financiera está exenta del pago de impuestos, a la vez que esos ingresos impositivos se destinan a pagar intereses y vencimientos de capital de la deuda y otro conjunto de gastos superfluos.

Como los que menos ganan destinan una parte mayor de sus ingresos al consumo, la gente de menores recursos paga proporcionalmente más impuestos que los de mayor poder adquisitivo. Por ejemplo, de los $644 en los que está fijada actualmente la Asignación Universal por Hijo, al menos $225 vuelven al Fisco por los impuestos y se reparten entre el Gobierno Nacional y gobiernos provinciales y municipales. A esto se agrega el “impuesto inflacionario”, que también perjudica en mayor medida a la gente de ingresos fijos, básicamente asalariados y jubilados.

Fuente: Clarín.
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