Falleció la joven sanjuanina que era un emblema de la lucha contra el cáncer

La joven de 33 años, reconocida por visibilizar el cáncer de mama desde una mirada distinta y empoderadora, falleció tras una recaída. Su historia inspiró a cientos de mujeres en San Juan y en otros países.

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San Juan despide con profundo dolor a Daniela Illanes Fernández, la docente y modelo sanjuanina que convirtió su batalla contra el cáncer de mama en un mensaje luminoso de fortaleza, autoconocimiento y resignificación de la belleza en las pacientes oncológicas. Su fallecimiento se confirmó este martes, luego de atravesar una recaída meses atrás.

Aun en los momentos más difíciles, Daniela se mantuvo activa, generosa y dispuesta a tender una mano. Con su sonrisa característica, impulsó acciones de empatía —como repartir tarjetas con mensajes positivos en la Plaza Desamparados— y participó de numerosas actividades de concientización. En mayo de este año, coronó uno de los logros más importantes de su vida: fue elegida Lady Cultura Continental Argentina 2025, un reconocimiento que abrazó como plataforma para seguir difundiendo su mensaje de resiliencia, amor propio y esperanza.

Una historia de vida marcada por la lucha y el propósito
En una entrevista con Diario Móvil tiempo atrás, Daniela había contado su historia desde el inicio. Había vivido una década en Chile, donde estudió para maestra jardinera, trabajó incansablemente y atravesó momentos de gran dolor, como una pérdida gestacional y su divorcio. De regreso a San Juan, en plena pandemia, comenzó a notar un bulto en su pecho y recibió el diagnóstico que cambiaría su vida: cáncer de mama.

En menos de un año, enfrentó ocho sesiones de quimioterapia, estudios, intervenciones y una operación en la que le extrajeron 11 ganglios y parte de la mama. El tratamiento funcionó. La reducción del tumor sorprendió incluso a su equipo médico y Daniela abrazó esa mejoría como un llamado interior.

Siempre contaba que entendía la enfermedad como un síntoma, una oportunidad para “hacer un stop” y escuchar lo que el cuerpo quería decir. Se volcó a la meditación, la musicoterapia, el Reiki, la bioterapia y técnicas de autoconocimiento emocional, convencida de que la dimensión espiritual también forma parte del proceso de curación.

De paciente a guía: lo que sembró en cientos de mujeres
Su experiencia la llevó a crear “Nueva Esperanza”, un grupo de WhatsApp que comenzó con mujeres sanjuaninas y hoy reúne a más de 200 pacientes de distintos países. Allí compartía información, contención y herramientas de bienestar. También daba charlas motivacionales y meditaciones guiadas para acompañar a quienes atravesaban el mismo camino.

Decía que su padre había sido su “compañero terapéutico”, el sostén que la acompañó a cada turno y cada estudio. Y siempre agradecía al personal del Hospital Marcial Quiroga por el trato humano recibido.

Con la idea de seguir ayudando, estaba escribiendo un libro titulado “Lo que callamos por el lazo rosa”, con el propósito de tender un puente a quienes necesitaban palabras para no rendirse.

Una huella imborrable
Daniela repetía que el amor era la fuerza que todo sana. Vivía bajo esa filosofía y la proyectaba hacia afuera: en sus redes, en sus acciones y en cada mujer que encontró en su camino.

Hoy, San Juan la recuerda no solo por su lucha, sino por el mensaje poderoso que dejó: la belleza no desaparece con la enfermedad; se transforma. Y la vida, incluso atravesada por el dolor, puede resignificarse desde la fe, el amor propio y la resiliencia.

Su legado queda sembrado en cada una de las personas que acompañó, escuchó o inspiró. Y en la certeza de que su luz seguirá acompañando a quienes hoy enfrentan la misma batalla.

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