Siguió su pasión, eligió el campo y honra sus raíces

Valentina Culpián es una joven de Concordia que eligió estudiar Fonoaudiología en la Universidad Nacional de Rosario, motivada por su vínculo con los niños y su deseo de ayudar a los demás. Sin embargo, a medida que avanzó en su formación profesional, comprendió que su verdadera pasión estaba en otro lugar: el campo entrerriano.

“Para mí este lugar es hermoso, tiene mucho monte de ñandubay, espinillos, y me siento identificada con mi niñez, mi infancia, un todo”, expresó Valentina, al referirse al campo donde creció y al que hoy no puede ni quiere renunciar. “Al principio no me gustaba mucho este lugar y le tenía rechazo, pero llegué a quererlo mucho”.

El legado familiar que la impulsó

Desde pequeña estuvo ligada al trabajo agropecuario, acompañando a su padre y su madre en la empresa familiar que brinda servicios agrícolas para plantaciones de arroz, soja, maíz, sorgo y carinata. La maquinaria, los tiempos del cultivo y la lógica productiva del campo le resultaron tan familiares como inspiradores.

Sin embargo, su elección de vida no estuvo libre de desafíos. “Mi papá tenía miedo porque había conocido la mala experiencia de una chica que estudiaba agronomía y la pasó muy mal. Trabajaba en un ambiente históricamente de hombres, donde muchas veces no la respetaban ni seguían sus indicaciones, aunque después era ella la que tenía que rendir cuentas”, relató.

Aun así, Valentina apostó por sus convicciones. Continuó su carrera universitaria, pero al mismo tiempo asumió cada vez más responsabilidades en el negocio familiar. Hoy, es una pieza clave en la organización de tareas agrícolas y comenzó con su propio emprendimiento ganadero.

En plena "campaña de siembra"

“Nuestra época más movida es la siembra de arroz, donde se trabaja mucho con fertilizantes y hay que coordinar la fumigación. Ahora estamos en plena cosecha de soja y también estamos viendo el tema de las pasturas, porque se viene la época de siembra”, explicó.

 Valentina conduce maquinaria, organiza trabajos y toma decisiones productivas. Además, impulsa una iniciativa personal en ganadería bovina. Lejos de renunciar a su carrera de fonoaudióloga, su desafío es combinar ambas vocaciones y construir un camino propio que le permita seguir creciendo.

Su historia es reflejo de muchas jóvenes que, desde el interior profundo de Entre Ríos, buscan abrirse paso con esfuerzo, pasión y una mirada diferente. En su caso, desoyó temores propios y ajenos para dar lugar a un sueño: vivir y trabajar en el campo que la vio crecer.