
La minera Vicuña lanzó una convocatoria para cubrir puestos clave en su equipo directivo.
Empezó por necesidad, sin saber nada del rubro, y terminó al frente de una ferretería, asesorando con soltura a clientes que al principio la subestimaban. Hoy, es el alma de un negocio familiar y una inspiración para muchas mujeres.
El primer día que Sonia Martínez atendió sola en la ferretería no sabía el nombre técnico de ninguna herramienta. Lo que sí tenía claro era que su esposo necesitaba descansar, que el negocio debía seguir y que ella no iba a quedarse de brazos cruzados. Aunque su oficio era la peluquería, el destino le tenía preparado otro rumbo.
Siete años después de aquella primera jornada, Sonia domina el rubro como si lo hubiera estudiado toda la vida. Conoce cada producto y a muchos de sus clientes por nombre. Algunos, incluso, prefieren hablar con ella: "Hay mujeres que vienen y me dicen 'menos mal que estás vos, porque me vas a entender'. Entre nosotras, a veces con decir 'el cosito del coso' ya sabemos de qué hablamos", cuenta entre risas.
Ferretería Rodríguez, el local que atiende junto a su familia, no se distingue por la fachada ni por su tamaño, sino por la calidez con la que atienden. Sonia le pone rostro y voz a un espacio que suele estar asociado al universo masculino. "Al principio algunos clientes me subestimaban, me preguntaban por 'alguien que supiera'. Pero con el tiempo me gané su confianza. Me lo gané trabajando, preguntando, equivocándome y aprendiendo", dice con naturalidad.
La historia de Sonia no es la de una especialista que estudió el oficio. Es la de una mujer que, empujada por la necesidad, dejó su profesión para ayudar a su esposo. "Yo era peluquera, no sabía nada de ferretería. Pero mi marido se operó, no podía trabajar, y alguien tenía que hacerse cargo del negocio. Empecé con lo básico, con muchas dudas, pero hoy me siento segura. Aprendí todo con la práctica y con la ayuda de los clientes que me enseñaban también".
Con los años, lo que comenzó como un desafío se transformó en orgullo. Sonia se capacita, estudia online y prueba en casa antes de aconsejar a sus clientes. "Ya es algo cotidiano. Como un quehacer de la casa. A veces hasta me animo a hacer las reparaciones yo misma", reconoce.
Por supuesto, hubo momentos difíciles. Sonia recuerda más de un episodio en el que sintió que no era tomada en serio. "Una vez un cliente me preguntó si no había otro que supiera. Me dolió, pero le demostré que estaba equivocada. Con el tiempo volvió, me pidió disculpas y se convirtió en cliente habitual. Esas cosas te enseñan a no bajar los brazos".
Hoy, en el Día del Trabajador, Sonia es una figura que representa a muchas mujeres que, como ella, sostienen a sus familias y al mismo tiempo rompen barreras. "Les diría a todas las mujeres que se animen. Que no dejen que el miedo las paralice. Al principio cuesta, pero se puede. Tenemos mucho para dar".
En Ferretería Rodríguez ya no hace falta explicar qué es el cosito que va dentro del coso. Sonia lo sabe. Y si no lo sabe, lo averigua. Porque así como aprendió de cero, también aprendió a confiar en sí misma.
"Primero fue una obligación, ahora es una satisfacción", resume. Y con esa frase sencilla, cuenta todo.
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La medida fue ratificada por la UTA y afectará la circulación durante 24 horas. Reclaman mejoras salariales y acusan falta de respuesta por parte del Gobierno nacional.
El hombre siguió su camino, a pesar de las advertencias, y logró escapar.
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