Un hombre que podaba un árbol en su casa, cayó en una acequia y perdió su vida

Un hombre de 66 años murió luego de caer desde tres metros de altura cuando podaba un árbol de su casa, en Mendoza.

Todo ocurrió en la tarde del lunes en una casa ubicada en la calle Libertad al 2000, en la localidad de Las Heras. La víctima fue identificada como Roberto Pallero.

Su esposa y algunos vecinos llamaron al 911 para pedir ayuda. “Un hombre cayó desde un árbol y no responde”, avisaron desesperados.

Minutos después, médicos del Servicio de Emergencias Coordinado (SEC) llegaron al lugar y trasladaron al hombre al Hospital Carrillo. Pallero llegó al centro de salud en grave estado y se le diagnosticó un traumatismo de cráneo grave, con pérdida de conocimiento no recuperado.

Debido a su estado crítico, fue derivado al Hospital Central. Sin embargo, los médicos confirmaron su fallecimiento pasada la medianoche de este martes.

Al momento del hecho, personal de la Comisaría 36° entrevistó a la esposa de la víctima, que contó que su marido estaba cortando ramas de gran tamaño a una altura de aproximadamente tres metros. Al parecer, una de las ramas lo golpeó, lo que provocó que perdiera el equilibrio y cayera dentro de una acequia cercana.

De todas formas, las autoridades continúan investigando las circunstancias del accidente y llevan a cabo las diligencias correspondientes.

Según contó un amigo a Mendoza Online, Pallero -a quien sus amigos llamaban “Vizcacha”- fue colectivero de las líneas 60 y 80, y luego decidió conducir un taxi. Hacía un año que se había jubilado, pero seguía activo y le gustaba dedicarse a las cuestiones del hogar. “Al igual que con los vehículos, siempre estaba haciendo arreglitos en su casa para tenerla mejor, por eso se había puesto a podar el árbol que da a su vereda. Hemos perdido a un gran tipo”, lamentó.

Tras conocerse la noticia, sus amigos y colegas lo despidieron en redes sociales con sentidos mensajes: “Gran compañero y excelente persona siempre con buena onda”, escribió un hombre. Otro agregó: “Un servidor de su trabajo, como pocos. Adiós amigo”.