Misterio en el ataque a un cuidacoches: la moto de los agresores está a nombre de un policía

El rodado pertenece a un policía que aseguró que no tiene la moto hace varios meses. Indicó que la entregó por un terreno. ¿Qué creen las autoridades?

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La investigación sobre el violento ataque a un cuidacoches en Capital sumó un dato inesperado. La moto en la que se movilizaban los agresores, abandonada en la escena del crimen, figura a nombre de un efectivo de la Policía de San Juan. Este agente, al ser interrogado, negó cualquier vínculo con el hecho y aseguró que no tiene posesión del vehículo desde hace ocho meses.

El episodio ocurrió el domingo alrededor de las 21 en la intersección de calles España y Jorge Newbery. Enrique José Ene, quien trabaja como trapito en la zona, fue atacado a golpes y puntazos con un tenedor por dos sujetos que descendieron de la moto y, tras simular una consulta, lo agredieron violentamente. Luego intentaron escapar en el rodado, pero al no poder encenderlo, huyeron a pie.

Las autoridades de la UFI Delitos Especiales, dirigidas por el fiscal Francisco Micheltorena, se encuentran analizando las circunstancias del ataque. Ene fue trasladado al Hospital Guillermo Rawson con heridas leves y manifestó desconocer los motivos de la agresión. No obstante, los investigadores sospechan que podría haber una disputa territorial o un conflicto relacionado con drogas, ya que la víctima es consumidor de estupefacientes.

El dato clave en la pesquisa fue la moto Motomel 125cc secuestrada en el lugar. Al consultar el Registro del Automotor, los oficiales descubrieron que el vehículo pertenece a un policía, quien afirmó haberlo entregado como parte de pago por un terreno, sin concretar la transferencia legal. Según su testimonio, la moto pasó por varias manos y actualmente se desconoce quién la utilizaba al momento del ataque.

A medida que avanza la investigación, la Justicia busca esclarecer quiénes fueron los responsables del hecho y qué motivaciones los llevaron a agredir al cuidacoches. Mientras tanto, la incógnita sobre la moto y su verdadera posesión en el momento del crimen sigue sin resolverse.

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