Eliminatorias sin Messi: ¿hay algo que temer?

Deportes
Una selección a media luz: entre lesiones, contratiempos y sin Messi. En la antesala del debut en las eliminatorias, pasado mañana, con Ecuador, el equipo sufrió la baja de Rojo y algunos jugadores padecen porque su estado físico no es el ideal.








 

La final Mundial perdida contra Alemania ocurrió hace un siglo. La final de América perdida ante Chile pasó hace un puñado de semanas. El seleccionado entiende el contexto de memoria: el camino rumbo al Mundial de Rusia no ofrece rosas, el trayecto pertenece a las espinas. No cicatriza las heridas, no eleva el prestigio, no compensa un título acabar primero en las eliminatorias. Es una obligación, un compromiso. La idea audaz que promueve Tata Martino está instalada en cada uno de los intérpretes: no hay vueltas con ese asunto. La ideología está a resguardo, aunque para que esa intención cierre el círculo de la satisfacción hacen falta todos los intérpretes. Y esa pata está floja de papeles: sin Leo Messi, que se recupera de la lesión del ligamento colateral interno de la rodilla izquierda, los contratiempos acechan. No es excusa, lógicamente, para no vencer pasado mañana a Ecuador, desde las 21, en el Monumental, en la apertura de la aventura mundialista. Resulta, eso sí, un sugestivo llamado de atención global: no es la única dificultad que tendrá el equipo nacional, que el martes próximo seguirá el recorrido, con el choque contra Paraguay, dirigido por Ramón Díaz, en el Defensores del Chaco.
"Ojalá que la ausencia de Messi sea un incentivo y no una excusa. Vamos a necesitar más de todos, ya que nos falta el más importante. Que el equipo dé un paso adelante". (Javier Mascherano)

Marcos Rojo, titular en el sector izquierdo de la defensa, se recupera de un desgarro: no estará en ninguno de los dos encuentros. Tiempo atrás se supo que Ever Banega y Enzo Pérez habían quedado desafectados, también con molestias musculares. Las dificultades no se cierran en ese ámbito: el resto no atraviesa su mejor versión física, por un asunto u otro. Basta repasar el equipo ideal para descubrir con un golpe de vista cómo es la realidad. Romero (volvió al banco de suplentes, porque David de Gea ocupa otra vez el arco de Manchester United); Zabaleta (regresó a ser titular apenas el sábado pasado, en el triunfo del City por 6-1 sobre Newcastle), Garay, Otamendi (sólo siete partidos desde que está en el City) y Rojo (lesionado); Biglia (por un desgarro, se perdió la última gira), Mascherano (no atraviesa su mejor versión), Pastore (idéntico caso al de Biglia, con un agregado: no es siempre titular en PSG) y Di María (menos de tres meses en el mismo club francés); Messi (lesionado) y Agüero..., la excepción a toda regla. Días atrás, marcó cinco goles para Manchester City sobre Newcastle en 20 minutos.

No puede fallar: sabe el equipo nacional que tiene poco por ganar, mucho por perder. Las dificultades andan dando vueltas, como fantasmas: en estos días, habrá que espantarlas. Ayer, Martín Demichelis, Ezequiel Garay, Nicolás Otamendi, Pablo Zabaleta, Javier Mascherano, Milton Casco, Emmanuel Mas y Ramiro Funes Mori realizaron tareas físicas y con pelota, de excelente humor. Matías Kranevitter, Sergio Agüero y Carlos Tevez pasaron por los consultorios de kinesiología; Sergio Romero, Nahuel Guzmán y Agustín Marchesín practicaron con Gustavo Piñero. Se esperaban los arribos de Lucas Biglia, Ángel Correa, Paulo Dybala, Nicolás Gaitán, Roberto Pereyra, Ángel Di María, Erik Lamela, Javier Pastore y Facundo Roncaglia. Para que la selección, unida, despeje las desventuras.

"Sobre lo que significa para el grupo dentro y fuera de la cancha no hay mucho que agregar, es el jugador que marca la diferencia, que muchas veces te arrastra dos o tres jugadores. Hay material, no sé si para reemplazarlo, pero sí para tratar de encontrar el funcionamiento", fue la reflexión del Patón Guzmán, en referencia a la ausencia de Messi. Mascherano piensa más allá: "Es importante comenzar con un colchón de puntos que te genere tranquilidad". Sabe que no hay tiempo (ni puntos) que perder.

 

Fuente: La Nación.-
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