Docente sanjuanina con discapacidad cumple el sueño de la casa propia tras 18 años de espera

Natalia Galiñanes, una docente del departamento de Caucete, vivió un día que seguramente quedará marcado para siempre en su vida. Después de esperar durante 18 años, finalmente recibió la tan anhelada casa propia a través del Instituto Provincial de la Vivienda (IPV). “Esperando 18 años… y hoy se dio”, comentó emocionada durante la entrevista, mientras agradecía el logro que cambiará radicalmente su calidad de vida.

Esta entrega forma parte de un plan del IPV que abarca la construcción y adjudicación de nuevas viviendas para cientos de familias sanjuaninas. Se trata de una de las 204 viviendas entregadas esta mañana en Los Algarrobos, en los sectores 1 y 2. Con el objetivo de reducir el déficit habitacional y mejorar las condiciones de vida de los sectores más vulnerables, el programa prioriza la atención a familias con integrantes que padecen discapacidades, como es el caso de Natalia. Las casas de este proyecto se adaptan a las necesidades específicas de cada familia, lo que incluye la accesibilidad en baños, cocinas y otras áreas comunes.

La familia de Natalia está compuesta por ella y sus dos hijas, quienes también comparten la alegría de este nuevo comienzo. Galiñanes resaltó lo importante que fue para ella que su vivienda esté adaptada a sus necesidades, ya que padece una discapacidad que limitaba enormemente su vida diaria en la casa prefabricada donde residía anteriormente. "Eso fue lo que más me puso feliz, porque mi casa donde yo estaba viviendo era muy angosta, especialmente el baño", explicó.

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Como docente de la Escuela José Chirapós en Caucete, Natalia ha pasado por diversas situaciones difíciles, pero siempre mantuvo la esperanza de que, algún día, la suerte cambiaría. "Por ahí en otros sorteos no salía, perdí la fe, pero con apoyo de la familia seguí esperando", contó. Hoy, esa espera ha sido recompensada con una casa totalmente equipada y adaptada a sus necesidades, lo que le permitirá una vida más cómoda y digna.

Para ella, tener finalmente un hogar propio significa comenzar de cero y mejorar. Aunque la nueva casa está un poco más lejos de su lugar de trabajo y de la escuela de sus hijas, Natalia considera que el esfuerzo vale la pena. "El hecho de tener una casita propia lo vale", aseguró sonriente. Sus hijas, de 18 y 16 años, también están entusiasmadas con el cambio y ya se preparan para adaptarse a la nueva vida en el barrio.

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El Instituto Provincial de la Vivienda continúa trabajando para que más familias, como la de Natalia, puedan acceder a una vivienda digna. En este marco, se proyecta que en los próximos meses se realizarán nuevas entregas en diferentes departamentos de la provincia, con el objetivo propuesto por el gobernador Marcelo Orrego, de alcanzar las 1.000 viviendas entregadas durante 2024. 

Su mensaje para quienes aún esperan una oportunidad similar es claro y lleno de esperanza: "Esperar y tener confianza", recomendó, recordando su propio proceso y cómo a pesar de los momentos de frustración, finalmente logró alcanzar su sueño.

La historia de Natalia Galiñanes es un ejemplo más de las personas que luchan día a día por obtener lo que tanto anhelan, y hoy ella y su familia pueden mirar hacia adelante con la certeza de que este nuevo hogar les brindará una vida mejor. "Ya llegan a la casita y seguir", concluyó, visiblemente emocionada.