Después del Zonda llega el viento sur y el frío.
Ejemplo de vida: se recibió de ingeniero vendiendo sandwiches
Leonardo Zárate tiene 30 años y desde los 7 vende en la estación de ómnibus de La Rioja pero en su búsqueda de un futuro mejor logró terminar la carrera que empezó.
Un joven de origen muy humilde, que desde los 7 años vende sandwiches en la terminal de ómnibus de Chepes, se recibió de ingeniero agropecuario en la Universidad Nacional de La Rioja y ahora sueña con vivir de su profesión junto a su esposa y sus tres hijos.
Leonardo Zárate tiene 30 años y cursó sus estudios en la Universidad Nacional de La Rioja (Unlar) con mucho sacrificio: sus logros fueron por esfuerzo propio y el viernes último recibió orgulloso, acompañado por toda su familia, el diploma que le entregaron las autoridades universitarias en la unidad académica de Chepes, a 300 kilómetros de la ciudad de La Rioja.
Me siento orgullosa de Leo por todo el sacrificio que hizo, convirtiéndose en un verdadero ejemplo para nuestros tres hijos”, dijo la esposa del flamante ingeniero, Edith Olmos, a la prensa local.
La mujer, que fue su puntal mientras estudiaba, contó que le brindó todo su apoyo para que pudiera “avanzar por el camino que se había trazado, y a pesar de las dificultades económicas, sus ganas de superarse no se desvanecieron nunca”, afirmó.
“Siempre le ayudaba a preparar los sándwiches para que salga a vender y cuando él me decía que le resultaba difícil seguir solventando la comida para nosotros y los estudios, le daba fuerza para que no abandone la carrera y hoy gracias a Dios pudo cumplir su sueño”, narró entre sollozos de emoción la esposa.
Zárate también se refirió a esos tiempos agotadores: “Después de 9 años de sacrificio, en los que trabajaba en el día y estudiaba durante la noche, estoy muy agradecido a la gente de mi pueblo y a la universidad que siempre me alentaron a seguir estudiando”, manifestó.
“Hay tantos jóvenes que reciben todo el apoyo económico de los padres y muchas veces no aprovechan esas oportunidades para lograr algún título. A todos ellos -alentó- les quiero decir que no dejen pasar las oportunidades que te da la vida”. Aunque ya recibió su título, la vida de Zárate aún no cambió demasiado. “Si bien tengo algunos ofrecimientos de parte de la universidad para realizar pasantías el año que viene, todavía no tengo ninguna oferta laboral. Voy a seguir vendiendo sándwiches hasta que consiga algo mejor”, dijo el joven riojano.
Un joven de origen muy humilde, que desde los 7 años vende sandwiches en la terminal de ómnibus de Chepes, se recibió de ingeniero agropecuario en la Universidad Nacional de La Rioja y ahora sueña con vivir de su profesión junto a su esposa y sus tres hijos.
Leonardo Zárate tiene 30 años y cursó sus estudios en la Universidad Nacional de La Rioja (Unlar) con mucho sacrificio: sus logros fueron por esfuerzo propio y el viernes último recibió orgulloso, acompañado por toda su familia, el diploma que le entregaron las autoridades universitarias en la unidad académica de Chepes, a 300 kilómetros de la ciudad de La Rioja.
Me siento orgullosa de Leo por todo el sacrificio que hizo, convirtiéndose en un verdadero ejemplo para nuestros tres hijos”, dijo la esposa del flamante ingeniero, Edith Olmos, a la prensa local.
La mujer, que fue su puntal mientras estudiaba, contó que le brindó todo su apoyo para que pudiera “avanzar por el camino que se había trazado, y a pesar de las dificultades económicas, sus ganas de superarse no se desvanecieron nunca”, afirmó.
“Siempre le ayudaba a preparar los sándwiches para que salga a vender y cuando él me decía que le resultaba difícil seguir solventando la comida para nosotros y los estudios, le daba fuerza para que no abandone la carrera y hoy gracias a Dios pudo cumplir su sueño”, narró entre sollozos de emoción la esposa.
Zárate también se refirió a esos tiempos agotadores: “Después de 9 años de sacrificio, en los que trabajaba en el día y estudiaba durante la noche, estoy muy agradecido a la gente de mi pueblo y a la universidad que siempre me alentaron a seguir estudiando”, manifestó.
“Hay tantos jóvenes que reciben todo el apoyo económico de los padres y muchas veces no aprovechan esas oportunidades para lograr algún título. A todos ellos -alentó- les quiero decir que no dejen pasar las oportunidades que te da la vida”. Aunque ya recibió su título, la vida de Zárate aún no cambió demasiado. “Si bien tengo algunos ofrecimientos de parte de la universidad para realizar pasantías el año que viene, todavía no tengo ninguna oferta laboral. Voy a seguir vendiendo sándwiches hasta que consiga algo mejor”, dijo el joven riojano.
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