Sus vecinos aseguran que, pese a ser de escasos recursos, era muy caritativo. Tenía 69 años.
Enfermera sanjuanina adoptó una nena abandonada en el Hospital Rawson
Luciana Gasquez es enfermera del nosocomio y hace 8 años decidió darle un hogar a la pequeña Sheila. El caso de Agustín trae al recuerdo su emocionante historia.
“Hace 8 años que tengo a mi hija, la conocí trabajando en el Hospital Rawson , ella nació en el 2011, la madre debe haber tenido 19 años en aquel tiempo, era drogadicta, alcohólica, se prostituía, tenía dos hijos más, a Dylan y Sasha, luego tuvo a Sheila, parecía que era un aborto mal hecho producido, le hicieron una cesaría de urgencia, nació ella deprimida totalmente, pasó la terapia, era una niña con pocas esperanzas de vida, a los 15 días la pasan a terapia intermedia, yo no la conocía mi compañeros me contaron como evolucionó en Neo. Cuando la pasan a terapia intermedia, en la noche entro a trabajar y Sheila lloraba, no se calmaba con nada, no sabía succionar, mi compañera la asistía y yo la calmé un ratito. Desde el momento que la toque, me enamoré de ella, no sé lo que es tener niños propios, con ella fue especial, la asisto, la acurruco, con sábanas y niditos, se calmé desde el primer momento y se durmió”, contó, Luciana en exclusiva para DIARIO MÓVIL.
Con lágrimas en los ojos, Luciana dijo: “Yo aún estudiaba la Licenciatura y le pregunte a mi madre si podía llevármela ocho hogar transitorio para cuidarla, me hicieron la entrevista desde el Hogar de María, a los 15 días deciden que hable con la Jueza, nunca me imaginé que me la iban a dar, sino se venía conmigo el 11 de mayo se iba a Casa Cuna. Como a las 12:00 me la lleve, mi familia se tuvo que adaptarse a una beba con discapacidad, mi compañera de tesis decidió no hacerla conmigo, porque nos iba a amargar y detener los proyectos. Mis compañeros me decían ‘mejor llévate un perro y no esa criatura’, su familia la visitaba en mi casa, pero a mi nada me importaba”.
Antes de los 2 años de Sheila, falleció la madre de Luciana y según contó sólo una hermana la acompañó, pero esa Navidad la pasó trabajando sólo con la compañía de su hija. A pesar de todos los obstáculos esta gran luchadora nunca se dio por vencida y hoy Sheila tiene 6 años, viaja con su madre y disfrutan de un gran amor.
“Uno se acuerda y mira para atrás y dice cuantas cosas pasé, yo no le puedo dar la espalda a mi hija, no seré como su madre. Mis sueños los veo inalcanzables pero Dios me permite hacer hasta lo imposible”, sostuvo Luciana.
“Hace 8 años que tengo a mi hija, la conocí trabajando en el Hospital Rawson , ella nació en el 2011, la madre debe haber tenido 19 años en aquel tiempo, era drogadicta, alcohólica, se prostituía, tenía dos hijos más, a Dylan y Sasha, luego tuvo a Sheila, parecía que era un aborto mal hecho producido, le hicieron una cesaría de urgencia, nació ella deprimida totalmente, pasó la terapia, era una niña con pocas esperanzas de vida, a los 15 días la pasan a terapia intermedia, yo no la conocía mi compañeros me contaron como evolucionó en Neo. Cuando la pasan a terapia intermedia, en la noche entro a trabajar y Sheila lloraba, no se calmaba con nada, no sabía succionar, mi compañera la asistía y yo la calmé un ratito. Desde el momento que la toque, me enamoré de ella, no sé lo que es tener niños propios, con ella fue especial, la asisto, la acurruco, con sábanas y niditos, se calmé desde el primer momento y se durmió”, contó, Luciana en exclusiva para DIARIO MÓVIL.
Con lágrimas en los ojos, Luciana dijo: “Yo aún estudiaba la Licenciatura y le pregunte a mi madre si podía llevármela ocho hogar transitorio para cuidarla, me hicieron la entrevista desde el Hogar de María, a los 15 días deciden que hable con la Jueza, nunca me imaginé que me la iban a dar, sino se venía conmigo el 11 de mayo se iba a Casa Cuna. Como a las 12:00 me la lleve, mi familia se tuvo que adaptarse a una beba con discapacidad, mi compañera de tesis decidió no hacerla conmigo, porque nos iba a amargar y detener los proyectos. Mis compañeros me decían ‘mejor llévate un perro y no esa criatura’, su familia la visitaba en mi casa, pero a mi nada me importaba”.
Antes de los 2 años de Sheila, falleció la madre de Luciana y según contó sólo una hermana la acompañó, pero esa Navidad la pasó trabajando sólo con la compañía de su hija. A pesar de todos los obstáculos esta gran luchadora nunca se dio por vencida y hoy Sheila tiene 6 años, viaja con su madre y disfrutan de un gran amor.
“Uno se acuerda y mira para atrás y dice cuantas cosas pasé, yo no le puedo dar la espalda a mi hija, no seré como su madre. Mis sueños los veo inalcanzables pero Dios me permite hacer hasta lo imposible”, sostuvo Luciana.
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