¿Compramos el Galaxy S5?

Tecno
Samsung S5
Samsung S5
El nuevo tanque de Samsung ya se vende en el país. Expertos lo analizaron a fondo y te dan detalles de todo en esta nota. 

En casa. El equipo, finalmente, ya está a la venta en el país.

 

Fuente: La Nación

Estuve probando el Samsung Galaxy S5, que la compañía surcoreana presentó en febrero en Barcelona, y en nuestro país a principios de mes. Según Samsung, esta semana lo tendrán las operadoras en las tiendas. Personal lo vende a $7299 con un plan de $340 (hay otras opciones); incluye un par de zapatillas de regalo. Claro lo vendía a $7999 en preventa, pero según la compañía esa promoción se agotó. Movistar también lo tenía en preventa hasta ayer, pero no informó qué precio tendrá. Sin línea se vende a $11.999 en tiendas minoristas.

El equipo usa Android 4.4.2 y tiene una pantalla Full HD Super AMOLED de 5,1 pulgadas, 2 GB de RAM, una cámara de 16 megapixeles, 16 GB de almacenamiento interno y ranura microSD, conectividad 3G y Wi-Fi ac, GPS, Bluetooth 4, NFC, puerto infrarrojo, sensor biométrico y una batería removible de 2800 mAh. No tiene radio FM.

En la Argentina, al igual que como sucedió con el SIII y el S4, se vende la versión con el procesador de Samsung, sin soporte para redes LTE. En este caso, un Exynos 5422 de ocho núcleos (cuatro de alta performance y cuatro de menor rendimiento, pero más eficiencia energética).

 

Resumen adelantado

El Samsung Galaxy S5 es un excelente equipo por donde se lo mire, un muy buen sucesor del S4. Mejora la cámara, la pantalla, es más veloz y suma algunas funciones interesantes. Pero el salto cualitativo, aunque perceptible (y positivo), no es enorme; para buena parte de los usuarios este smartphone es una muy buena alternativa de compra, pero los modelos que eran de primera línea el año pasado son también una excelente opción, tanto por rendimiento como por precio. Sí notarán más la diferencia quienes vengan de modelos más antiguos o limitados. Esto, claro, es algo que sucede con la mayoría de los smartphones de alta gama modernos.

La pantalla define el tamaño

En lo que respecta a la parte física, Samsung sigue con la estética que inició con el SIII. La compañía coreana tomó la decisión de apostar por el plástico y la mantiene, más allá del Galaxy F, o S5 Prime, que tiene cuerpo metálico y que en teoría será presentado en breve. Hay equipos con una estética que para muchos resulta más cuidada, de Sony, HTC, Apple, Nokia. Pero el Galaxy S5 no esconde nada en ese punto: es de plástico y ya, pero no se lo siente barato, y todo el equipo tiene una buena terminación.

La pantalla es fantástica (la más brillante del mercado, según los expertos) y es más grande que la del S4 (5,1 pulgadas contra los 4,99 pulgadas); mantiene la resolución Full HD y todo se ve con excelente definición, nitidez y colores. El equipo crece en tamaño (142 x 72,5 mm) aunque se mantiene esbelto (8,1 mm de grosor) y liviano (145 gramos), sobre todo teniendo en cuenta que su certificación IP67 indica que es resistente al agua y al polvo (aunque no es sumergible por más de media hora a más de un metro de profundidad).

Para los que un equipo con pantalla de 5 pulgadas era incómodo, el S5 no cambiará su percepción; para quienes estén cómodos con un S4 o similares, notarán que el S5 es más grande, pero sin que resulte molesto.

Sensor biométrico y una tapa para el USB

Al frente del equipo está el clásico botón Inicio, que ahora suma un sensor biométrico, similar al del Atrix que Motorola vendió en el país. Por ahora sólo se puede usar para desbloquear el teléfono, para verificar una cuenta Samsung (que no sirve de mucho) y para validar pagos con PayPal. Permite almacenar hasta tres huellas. Para desbloquear el equipo me resultó incómodo; hay que deslizar la yema del dedo sobre el sensor, y por su posición es difícil hacerlo bien con una mano; en esa situación suele requerir más de una pasada para que reconozca la huella digital. Con dos manos funciona bien, en general, aunque no es infalible. Si no reconoce la huella después de cinco intentos se deberá ingresar una clave numérica. Obviamente el uso del sensor es opcional; las formas de validación tradicionales (clave numérica, dibujo de un patrón en pantalla) siguen estando.

El borde del teléfono es de plástico cromado, con unas canaletas que contribuyen al buen agarre que tiene en la mano, lo mismo que la tapa (de plástico también, con un tramado antideslizante muy efectivo) que da el acceso a la batería de 2800 mAh, a la micro SIM y a la microSD (admite de 128 GB). En el borde superior está el conector de audio, uno de los micrófonos y el puerto infrarrojo para usarlo de control remoto universal. Funciona muy bien; incluso tiene la guía de programación de los servicios de cable y TV satelital del país.

En la base está el otro micrófono y la tapa para el conector MHL (USB 3.0 y HDMI en un mismo puerto; se puede usar con cables micro USB 2.0 estándar). Como en el Motorola Defy y en el Sony Xperia Z1, es necesaria para que el smartphone pueda ser certificado como IP67 y sobreviva un chapuzón casual. Esto no evita que sea muy molesto tener que abrirla cada vez que queremos cargar el teléfono. Samsung vende una tapa de batería que permite cargar el teléfono por inducción (usando el estándar Qi, el mismo de Nokia y otros); llegarán a la Argentina este año, aunque no hay fechas exactas.

En la espalda del teléfono está la cámara y el sensor de pulsaciones. Basta apoyar la yema del dedo para tener, en unos pocos segundos, un reporte con nuestro ritmo cardíaco. Sumado al podómetro y otras funciones que integra el S5, es una buena adición para quienes hacen deporte, aunque no del todo práctica (sería mejor una pulsera Galaxy Fit, con la misma función, que estará en el país este año). Sospecho que la mayoría de los usuarios no lo usará más que muy ocasionalmente, pero no está mal; no afecta al funcionamiento del teléfono, no consume batería si no se usa y no lo hace más voluminoso.

La Cámara

El Galaxy S5 es capaz de hacer foco en 300 ms, como el HTC One M8 y el LG G3 (270 ms). Y se nota. Si es un tercio de segundo o no, es anecdótico; es rapidísimo. Lo logra usando un detector de fases, como en las cámaras réflex.

Y en el caso del Samsung, usando un sensor de la compañía: un Isocell de 16 megapixeles de 1/2,6 pulgadas de superficie, pixeles de 1,12 micrones y lente con apertura F/2.2, que le permite dos cosas: un HDR casi instantáneo (donde la cámara toma una foto y la combina con otras subexpuestas y sobreexpuestas para evitar claroscuros) y la posibilidad de grabar videos en cámara lenta -de buena calidad- o en calidad Ultra HD (con fotogramas de 3840 x 2160 pixeles), el primero en ofrecer algo así en el país; sólo tiene sentido grabar en esa resolución si se dispone de una pantalla 4K.

El Galaxy S4 tomaba buenas imágenes; aquí el S5 no desentona para nada, tanto a la luz del día como de noche, aunque como en el S4 la cámara tarda en activarse (un segundo, mínimo). ¿Será mejor la del HTC One M8, el LG G3, el Xperia Z2, el Lumia 1020, el iPhone 5S? Depende de para qué, y como en el mundo de las cámaras tradicionales cada uno tiene su corazoncito; pero no tenemos -todavía- la posibilidad de elegir qué cámara ponerle al celular. Y tendemos a comprar un smartphone por todo el paquete, no por un punto en particular. Como fuere: quienes busquen un modelo que sea equilibradamente bueno en todo tienen una buena alternativa en el Galaxy S5.

En GSM Arena tienen una herramienta para comparar la calidad de la cámara con otros modelos en la misma imagen de estudio.

El procesador y la memoria

El Exynos 5422 tiene muy buena performance; todo fluye, y todo se carga velozmente. El paso de un grupo de procesadores al otro, no está de más aclararlo, es instantáneo y transparente. ¿Más que con otros smartphones de cuatro o dos núcleos que hay en el mercado local? Sí. ¿Mucho? No, pero eso ya lo decíamos con los smartphones de alta gama el año pasado ; los avances en rendimiento se notan en los picos de exigencia (cargando una aplicación pesada) y no al mandar un SMS o entrar en Facebook. Y las pruebas de laboratorio tienen sus limitaciones.

Pero el mayor poder de cómputo -al igual que el resto de los smartphones de primera línea de este año- debería permitirle una vida útil mayor, en la medida en que las aplicaciones tienden a sumar funciones y a requerir más procesador para rendir al máximo, algo importante para quienes no cambian de teléfono todos los años.

El procesador, combinado con la batería de 2800 mAh, le permiten al teléfono una autonomía decente; llega al final del día con resto (un 20% de batería, muchas veces), aunque no hace maravillas. El equipo, sin embargo, tiene un modo de ultra ahorro de energía, que permite un día de autonomía con el 10% de la batería. Funciona, y muy bien: pone la pantalla en blanco y negro (el AMOLED consume poca energía para mostrar el color negro), pasa el teléfono a 2G y mantiene activas las llamadas, los SMS, Whatsapp, Twitter, el navegador Web y Google Plus. También tiene un modo de ahorro menos radical, que limita los datos en segundo plano y el rendimiento del procesador.

El Galaxy S5 viene con 16 GB internos, de los cuales quedan libres 11,2 GB, pero requiere 4,4 GB disponibles para funcionar correctamente; tiene una ranura microSD para ampliar su almacenamiento, y ofrece gratis 50 GB de Dropbox por dos años, como el S4, el Galaxy Note y otros.

La interfaz de usuario

Samsung renovó la estética de TouchWiz, la modificación que hace la compañía al sistema operativo. Cambió la tipografía, que es mucho más clara; los iconos ahora son más coloridos. Y sumó más elementos al menú de notificaciones: debajo de los botones de control de Wi-Fi, Bluetooth y demás está un acceso a S Finder (un decente buscador interno y externo) y una herramienta de conexión rápida para compartir contenido con dispositivos compatibles (PC, televisores con DLNA, etcétera).

Samsung mantiene las funciones extra basadas en hacer gestos en el aire (poco útiles) y en los movimientos (más útiles, como llamar a un contacto que se muestra en pantalla con sólo llevar el teléfono a la oreja, sin tocar la pantalla). Y mejora el cliente de correo electrónico y el calendario, al tiempo que suma una herramienta para sugerir software y un modo privado para esconder fotos, videos, música, grabaciones de voz y archivos en la memoria de almacenamiento, sencillo y efectivo.

¿Me lo compro?

Es de lo mejor que puede conseguirse hoy en el país por operadora; sus competidores naturales (como el HTC One M8, el LG G3, el Nokia Lumia 930 o el Sony Xperia Z2) todavía no se venden aquí. Y es un muy sólido sucesor del Galaxy S4, superior en puntos importantes como la pantalla, la cámara o la batería, y agregando características relativamente inusuales (como el sensor biométrico o la protección contra agua y polvo). Pero un smartphone que tenía buen nivel en 2013 sigue siendo una opción muy atractiva en su relación entre precio y rendimiento; a la vez, quienes vengan de un equipo más antiguo notarán más la mejora.

Así, el Galaxy S5 representa un sólido paso hacia adelante (antes que un salto) en la oferta de Samsung, un tipo de evolución gradual que también recorren sus competidores.
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