Casi 20 años de prisión a una pareja por matar a su hija adoptiva

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Asunta, una niña de origen chino, fue encontrada muerta con síntomas de asfixia a los 12 años en una pista forestal cerca de Santiago de Compostela en 2013, después de que sus padres denunciaran su desaparición.





 

Una pareja española fue condenada hoy a 18 años de cárcel por el asesinato de su hija adoptiva china de 12 años en 2013, según la sentencia hecha pública por el Tribunal Superior de Justicia de Galicia, donde se produjo el crimen. La abogada Rosario Porto, de 46 años, antigua cónsul honoraria de Francia, y su ex marido Alfonso Basterra, periodista de 51 años, fueron condenados por asfixiar a su hija con una soga, tras haberle suministrado un fuerte ansiolítico.

Un jurado popular los había considerado culpables de asesinato el 30 de octubre, tras un juicio muy mediático en la Audiencia Provincial de La Coruña, que hoy, siguiendo esa decisión, condenó a la pareja a 18 años de prisión. El cuerpo de Asunta Yong Fang Basterra Porto fue descubierto con síntomas de asfixia el 22 de septiembre de 2013 en una pista forestal de la localidad de Teo, cerca de Santiago de Compostela, pocas horas después de que sus padres denunciaran su desaparición.
El jurado consideró que los dos acusados, separados ya en la época del hecho, mataron a la pequeña de acuerdo a un plan "concordado" entre ambos y que la víctima no tuvo posibilidad alguna de defenderse.

La niña, de origen chino, fue encontrada por dos personas en una pista de la provincia de La Coruña, cerca a una vivienda de la familia, y en la que supuestamente pasó la tarde de aquella jornada clave su madre, Rosario Porto. Según el relato de los padres condenados, ambos comieron con su hija en la casa de Alfonso Basterra ese 21 de septiembre. El almuerzo, según ellos, transcurrió de forma normal y Asunta salió en perfectas condiciones, para ir precisamente camino de la vivienda de la madre y realizar tareas escolares.

La autopsia reveló que la pequeña, durante o después de la comida, tuvo que ingerir hasta veintisiete pastillas de un ansiolítico que consumía su madre y que durante ese verano adquirió su padre en una farmacia.

Alfonso Basterra contó en el juicio que vio por última vez a su hija en esa comida y Rosario Porto admitió que acompañó a la pequeña hasta la casa familiar cercana a la pista donde fue encontrada, aunque insistió en que después la devolvió a Santiago de Compostela a casa de otros familiares. Las cámaras de vigilancia de diversos edificios de esa ciudad, en cambio, solo muestran un único viaje de la madre hacia la casa rural, con Asunta, y otro de vuelta, ya sin la niña.

Asunta fue la primera china adoptada en esa española región, hace catorce años, cuando tenía meses de edad. Su llegada fue incluso objeto de un reportaje en la televisión local, donde sus padres mostraron su alegría por la adopción tras unos largos trámites.

 

Fuente: La Nación.-
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