La oposición brasilera insiste con el juicio político a Dilma

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El presidente de la Cámara de Diputados, también acusado por corrupción, deberá decidir si da lugar o no a la solicitud de impeachment a la mandataria brasileña.




 





 

La oposición brasileña entregó ayer al Congreso un nuevo pedido de impeachment contra la presidenta Dilma Rousseff con el argumento de que adulteró las cuentas públicas en 2014 y 2015, lo que suma presión a un gobierno debilitado por las acusaciones de corrupción y la crisis económica, que intentará frenar esa solicitud e imponer en la agenda del Parlamento la aprobación de las medidas de ajuste pendientes.

El presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, sobre quien pesan denuncias de lavado de dinero y corre el riesgo de perder su mandato, recibió el pedido de los socialdemócratas, la mayor fuerza opositora, y otros partidos políticos y organizaciones sociales, que coincidieron en pedir una ‘Navidad sin Dilma’, clara alusión a las expectativas de que el trámite se inicie en un tiempo breve.

Cunha, enfrentado con Dilma, deberá ahora decidir si da lugar o no a la solicitud elaborada por el jurista Helio Bicudo, que se desafilió del Partido de los Trabajadores en 2005, y Miguel Reale Junior, ex ministro de Justicia del ex presidente Fernando Cardoso.

Aunque su decisión no está ajena al doble juego de presiones que lo aquejan por estos días. Por un lado la justicia lo investiga por tener cuatro cuentas secretas en Suiza donde habría depositado el dinero derivado de los sobornos cobrados en Petrobras y una comisión del Congreso analiza su eventual desafuero, mientras por el otro el gobierno busca asegurarse una tregua que desactive la bomba de un impeachment.

En ese complicado ajedrez político, donde todos analizan con mucho cuidado cada movimiento, los socialdemócratas encabezados por Aécio Neves, y los derechistas del DEM, coincidieron ayer en que mientras sea presidente de Diputados, Cunha tiene legitimidad para decidir sobre el juicio político.

Pero no hay una voz única en el partido de Neves. Cardoso volvió a mostrarse ayer alejado de la idea de destituir a Dilma, al insistir en que "cambiar a la persona no resuelve" el problema de falta de legitimidad del gobierno, con un discurso más proclive a la discusión de una reforma política.
La ex candidata presidencial por el socialismo Marina Silva pidió a su vez "salir de este presidencialismo basado en la distribución de pedazos del Estado para (conseguir) una gobernabilidad programática".

"Brasil está hundido en una profunda crisis, más allá de que el gobierno federal insista en decir que se trata de una crisis exclusivamente económica. La verdad es que se trata de una crisis política, y sobre todo moral", dice el texto pro impeachment presentado, que vincula a la mandataria con casos de corrupción y la acusa de haber violado la Ley de Responsabilidad Fiscal por la manipulación de los gastos. Fue una resolución del Tribunal de Cuentas, organismo vinculado al Congreso, la que otorgó la base legal a esa solicitud, al rechazar la presentación de cuentas de 2014 que hizo el gobierno.

 

Fuente: Cronista.-
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