Los Pumas otra vez entre los grandes de la historia del rugby

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Jugaron a gran nivel y le ganaron a Irlanda por 43-20 en Cardiff. En una semana enfrentarán a Australia, que le ganó a Escocia en el último minuto con un controvertido penal.




 





 

Ahora es tiempo de festejos. Pero también es la hora de darle un fuerte aplauso a un gran equipo. Porque Los Pumas dejaron en el camino al mejor seleccionado de Europa jugando por momentos un rugby de alto vuelo. De esa manera se clasificaron semifinalistas. Y ahora irán por más. Ya lo dijo Tomás Lavanini luego de la batalla que terminó con el impensado 43 a 20 sobre Irlanda: "Hasta la final no paramos". Argentina está entre los cuatro mejores equipos del torneo, pero el hambre es mucha para un conjunto que no tiene techo.

Hubo dos momentos del partido demasiado importantes para ser pasados por alto: el primero duró 20 minutos, los primeros del encuentro, los inolvidables para el equipo de Hourcade. Fue cuando Los Pumas hicieron todo bien y ese mejor rendimiento los puso 20-3 en el marcador con dos tries: uno conseguido a los 2 minutos tras una gran bomba al cielo de Hernández que tomó Tuculet y la pelota llegó a Matías Moroni tras el pasamanos y el otro obtenido a los 9 gracias a una patada de Cordero que terminó con Juan Imhoff en el ingoal.
En ese lapso funcionó todo de una manera extraordinaria y hubo dinámica para desarticular cualquier sistema defensivo de los irlandeses.

Irlanda se recuperó con el try de Luke Fitzgerald y quedó a diez puntos apenas, pero como ese ruck ganado que terminó en el wing resultó apenas una jugada aislada, la sensación era la misma del principio: Los Pumas tenían dominado el partido desde lo psicológico, desde lo estratégico y desde lo físico.

El perdedor pegó primero con el try de Jordi Murphy a los 3 minutos (se cortó Fitzgerald y anotó el catalán admirador de Messi) y a los 12 minutos Irlanda volvió a quedar a sólo tres puntos cuando Madigan embocó un penal.
Pero enseguida un penal errado del apertura reemplazante de Sexton provocó un quiebre.

Primero con el try de Joaquín Tuculet y luego, a los 32, con el segundo de Juan Imhoff que llegó tras una enorme habilitación de Fernández Lobbe. Faltaba todavía un buen rato, pero ese 40-20 fue lapidario. Y decisivo para encarar el final con mucho resto y para defender con locura y pasión esos últimos ataques de los irlandeses con sus forwards para que el ingoal no cayera una vez más. Ese, entonces, fue el otro momento del duelo: porque si bien el marcador no se alteró, Argentina dejó un mensaje para lo que se vendrá: la defensa no se negocia.

El pasaporte a las semifinales se terminó obteniendo porque se ganó fundamentalmente el duelo del breakdown y en ese sentido fue enorme la actuación de la tercera línea, con Matera (se comió la cancha) y Fernández Lobbe como estandartes. Se mejoró el scrum, el line debió luchar contra el mejor del mundo. Los medios brillaron porque Sánchez fue una garantía en la defensa y en la efectividad a los palos (23 puntos) y Landajo le dio dinámica al equipo. Atrás, Imhoff y Tuculet también jugaron en un muy alto nivel.
Ahora se viene una semifinal durísima ante Australia. Será en Twickenham el domingo. Lo de hoy fue muy bueno. Pero quizá lo menor esté por venir.

 

Fuente: Clarin.-
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