¿Que pasará con el empleo después del 25 de octubre?

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Aseguran que después de las elecciones, las empresas podrían suspender más personal. Varios empresarios admiten que analizan recortes y que esperan los tiempos políticos.




 



No está mal una ficción salvo que se vuelva realidad de repente. Algo de eso podría pasar en el mundo laboral después de las elecciones. No son pocas las empresas que han decidido mantener sus dotaciones intactas hasta que pasen las presidenciales, pese a que los números no ayudan. El problema es que sólo falta poco más de una semana.

Conocedores de los tiempos políticos, varios empresarios dejaron traslucir que noviembre será un mes definitivo para el empleo. Los planes de iniciar suspensiones -nadie quiere hablar de despidos aún- parecen esperar las elecciones tanto como los candidatos. "Hoy todas las empresas están en proceso de reestructuración. Lo hacen con un perfil bajo, pero con metas concretas que en promedio implican reducciones del 6 al 10% de sus plantillas." La frase es de Julián De Diego, abogado laboralista que a través de su estudio trabaja con más de 1600 compañías. "No hay actividad que esté excluida y todos tienen en claro que se viene un año de transición con negocios más chicos", agregó.

Un petrolero se sinceró y señaló: "Estamos todos en una búsqueda por cuidar el empleo. Tratamos de mantener la dotación para no tomar decisiones trágicas, pero no es fácil", dijo.

Por su parte, el ejecutivo de una multinacional tecnológica se permitió una metáfora menemista para ilustrar la fragilidad de la situación. "Cuidamos los proyectos como oro. Ramal que para, ramal que cierra", ilustró en referencia a la imposibilidad de mantener los puestos de trabajo si algún contrato se caía.

Ignacio Stegmann, presidente de IDEA, ya había admitido días antes que las empresas hace varios años que no generan trabajo, pero igualmente se permitió repetirlo en el discurso inaugural: "Nuestra sociedad necesita de un empresariado que genere valor agregado, trabajo formal privado".

María Laura Cali, presidente de SEL Consultores, una de las principales firmas dedicadas a mirar el empleo, le puso cifras a lo que se escucha en no pocas reuniones empresarias.

"De enero a septiembre, una de cada cuatro compañías líderes redujo sus dotaciones y esto afectó a todas las categorías ocupacionales -grafica-. La evolución efectiva de las dotaciones es negativa: son más las empresas que las redujeron en relación a aquellas que las aumentaron." Si a este 25% de firmas que redujo sus dotaciones se le suma el 30% de 2014 que ya lo había hecho, el impacto de la generación de empleo privado en el sector líder es claro. "Un 10% de las empresas sigue esperando disminuciones en su planta de personal para los próximos meses", completa.

De Diego plantea dos períodos bien marcados: el primero desde octubre a diciembre; el segundo, de enero hasta marzo del año que viene. Ésas serán, dice, las dos etapas en las que se notará en los números finales lo que ocurre puertas dentro de las compañías. La caída de Brasil, el derrumbe de los precios del petróleo, el atraso cambiario y la crisis de las economías regionales delimitaron un panorama con el que las empresas hacen sus previsiones para 2016.

Un autopartista comentaba que no sólo habrá disminuciones en los puestos de operarios, sino que también se generará una baja en los puestos de mandos medios. "Aunque me duela, parte de la fuerza de venta que trabajaba en Brasil la he tenido que reducir. Ese mercado no tracciona como antes y, además, por más esfuerzos que hagamos, no somos competitivos", admite.

Existen dos formatos que se aplican en las reestructuraciones actuales. Por un lado están las suspensiones subsidiadas que afectan principalmente a operarios donde los empleados cobran una suma no remunerativa que equivale a 60% del salario bruto y casi el 80% del neto. Por otra, están las reestructuraciones en las que se suprimen cargos de directores por gerentes, se unifican tres gerencias en una dirección, se eliminan mandos medios y jefaturas para hacer una pirámide más chata. "El goteo [aquellos despidos que no son numerosos pero constantes] dejó de ser tal y los anuncios ahora son concretos. Con un escenario de economía más fría no hay margen para no ajustar la estructura", describe el presidente de una compañía con foco en Brasil.

La industria automotriz es una de las que más preocupación generan ya que las compañías aceleraron suspensiones o aumentarán las que estaban en marcha. Los operarios de la planta cordobesa de Volkswagen dejan de trabajar mañana y regresan recién el 2 de noviembre. En su planta de cajas de cambio anunció más días de suspensión para los operarios que trabajan en las líneas de productos que se exportan a Brasil. En noviembre, de cuatro días originales de suspensión se pasará a siete. Las medidas afectan a 40% del total de los 1700 empleados que trabajan en la planta de Córdoba. "Las matrices no quieren entregar producto si las filiales locales no pagan sus deudas. Además, las filiales brasileñas comenzaron su etapa de presupuesto y no hay optimismo a la vista. Todo eso repercutirá en el mercado local", admite el presidente de una terminal. Fiat trabaja de martes a viernes en Córdoba y es una de las firmas más afectadas por la caída de Brasil.

Por su parte, si bien en la empresa no lo confirmaron, fuentes del mercado dicen que continuarán las suspensiones rotativas en Siderca, que hoy alcanzan a 3500 operarios.

Fuente: La Nación
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