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¿Querés despertarte feliz? Estos objetos son para vos
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Una empresa puso el diseño industrial al servicio de aliviar la angustia propia del lunes. Desde un reloj que ríe y más.
Diga la verdad: esta mañana fue una porquería, ¿verdad? El domingo por la noche estaba tan tranquilo... Pensaba que el fin de semana no terminaría jamás. Y entonces, de pronto, el chillido de la alarma. ¿Y si se hubiera despertado con la risa de un niño?
Ésta es la filosofía de Monyay, una serie de tres conceptos creados por Ideo y el Estudio 360 NPR para hacer que los días sean menos horribles. Incluye un reloj despertador llamado Lolzzz al que uno le hace cosquillas, un dispositivo de comunicaciones con una lata llamada Sincerely y que agita la cola con lindos mensajes, y un aparato llamado PopUp que da avisos en forma de burbujas que estallan.
"Veíamos este momento doloroso que marca la transición entre el fin de semana y la semana", cuenta la directora de diseño de Ideo, Ingrid Fetell. "Creo que la intención fue encontrar la forma de crear un momento de fantasía y ubicarlo en otro espacio mental. Lo natural en el momento es una sensación de temor y pérdida. Por eso, quisimos crear una sensación positiva, de alegría y abundancia".
Como Lolzzz, que es un reloj que despierta con risas de niño. Pero es más que el equivalente de un tono de llamada divertido. Cuando alguien se acerca para apagarlo, el objeto se sacude de risa. Y cuando hace cosquillas, la alarma no se detiene y la risa es más fuerte. Así, lleva a un momento de felicidad.
Sincelery es una versión actualizada de las dos latas unidas por un hilo. Cada domingo por la noche una aplicación le pide a alguien que le deje un mensaje agradable. El lunes, la lata agitará la cola como un perro feliz. Y al alzarlo, la persona podrá oír algo lindo sobre sí misma. Si las interacciones novedosas son escasas en el mundo del diseño industrial, aún más escasas son las que están especialmente diseñadas para hacernos felices. Fetell dice que la culpa es de nuestros hábitos.
"No diría que el diseño está estancado, pero sí que hay patrones y formas establecidas de objetos diarios con los que interactuamos y no cuestionamos" dice Fetell. Agrega: "Hay cosas diseñadas con un conjunto de consideraciones muy distintas de lo que nos hace sentir bien". Es cierto: teteras, altoparlantes. Lapiceras, sillas, televisores son objetos que funcionan de una manera en la que todos acuerdan.
Hay un contraste entre ese enfoque de los smarthphones para las notificaciones y el modo en que PopUp de Monyay maneja la cosa. Lanza una burbuja. ¿Por qué una burbuja? Fetell dice que hay estudios que muestran que las formas redondas inducen la felicidad. "Si observa a los bebés con las burbujas, hay una atracción y felicidad universal", dice.
¿Por qué no hay más objetos diseñados tanto para la felicidad como por su utilidad? "¡No queremos un circo! -responde Fetell-. La felicidad tiene eso, no es duradera, es una oleada. Uno la siente y llega a un pico".
Fuente: La Nación.-
Diga la verdad: esta mañana fue una porquería, ¿verdad? El domingo por la noche estaba tan tranquilo... Pensaba que el fin de semana no terminaría jamás. Y entonces, de pronto, el chillido de la alarma. ¿Y si se hubiera despertado con la risa de un niño?
Ésta es la filosofía de Monyay, una serie de tres conceptos creados por Ideo y el Estudio 360 NPR para hacer que los días sean menos horribles. Incluye un reloj despertador llamado Lolzzz al que uno le hace cosquillas, un dispositivo de comunicaciones con una lata llamada Sincerely y que agita la cola con lindos mensajes, y un aparato llamado PopUp que da avisos en forma de burbujas que estallan.
"Veíamos este momento doloroso que marca la transición entre el fin de semana y la semana", cuenta la directora de diseño de Ideo, Ingrid Fetell. "Creo que la intención fue encontrar la forma de crear un momento de fantasía y ubicarlo en otro espacio mental. Lo natural en el momento es una sensación de temor y pérdida. Por eso, quisimos crear una sensación positiva, de alegría y abundancia".
Cada objeto es una obra de arte de diseño de interacción.
Como Lolzzz, que es un reloj que despierta con risas de niño. Pero es más que el equivalente de un tono de llamada divertido. Cuando alguien se acerca para apagarlo, el objeto se sacude de risa. Y cuando hace cosquillas, la alarma no se detiene y la risa es más fuerte. Así, lleva a un momento de felicidad.
Sincelery es una versión actualizada de las dos latas unidas por un hilo. Cada domingo por la noche una aplicación le pide a alguien que le deje un mensaje agradable. El lunes, la lata agitará la cola como un perro feliz. Y al alzarlo, la persona podrá oír algo lindo sobre sí misma. Si las interacciones novedosas son escasas en el mundo del diseño industrial, aún más escasas son las que están especialmente diseñadas para hacernos felices. Fetell dice que la culpa es de nuestros hábitos.
"No diría que el diseño está estancado, pero sí que hay patrones y formas establecidas de objetos diarios con los que interactuamos y no cuestionamos" dice Fetell. Agrega: "Hay cosas diseñadas con un conjunto de consideraciones muy distintas de lo que nos hace sentir bien". Es cierto: teteras, altoparlantes. Lapiceras, sillas, televisores son objetos que funcionan de una manera en la que todos acuerdan.
Hay un contraste entre ese enfoque de los smarthphones para las notificaciones y el modo en que PopUp de Monyay maneja la cosa. Lanza una burbuja. ¿Por qué una burbuja? Fetell dice que hay estudios que muestran que las formas redondas inducen la felicidad. "Si observa a los bebés con las burbujas, hay una atracción y felicidad universal", dice.
¿Por qué no hay más objetos diseñados tanto para la felicidad como por su utilidad? "¡No queremos un circo! -responde Fetell-. La felicidad tiene eso, no es duradera, es una oleada. Uno la siente y llega a un pico".
Fuente: La Nación.-
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