Epidemia Siglo XXI: Obesidad mórbida

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La mala alimentación y el sedentarismo son factores fundamentales para que esta enfermedad ataque. En San Juan, los hospitales públicos atienden cada vez más a pacientes de este tipo. 








La obesidad mórbida es una enfermedad grave que cada vez es más común entre los habitantes del mundo a raíz de la vida social actual y el sedentarismo. Está caracterizada por un IMC (Índice de Masa Corporal) de 40 o mayor, o de 35 o mayor ante la presencia de al menos una u otra enfermedad significativa o discapacidad grave y minusvalía a causa del exceso de peso.

Hay que hacer paréntesis en éste último punto. Si bien de por sí la obesidad mórbida es una enfermedad crónica, puede complicarse aún más con la coexistencia de otras patologías que llevan al paciente a tener una calidad vida todavía peor.

Entre ellas se puede destacar diabetes, insuficiencia respiratoria, hipertensión arterial, apnea del sueño, artropatía, cardiopatía, depresión y otras del tipo psicosociales. Además, la obesidad mórbida predispone la aparición del cáncer, acorta las perspectivas de vida de la persona que la padece, y provoca el rechazo social y el aislamiento individual.

En San Juan, tanto el Hospital Rawson como el Hospital Marcial Quiroga tienen equipos de profesionales para el tratamiento de esta enfermedad. Se hacen de forma gratuita cirugías bariátricas que como fin buscan la reducción del peso corporal del paciente e incluso hay camas especiales para este tipo de personas, aunque son pocas.

Y hay que indicar esto porque es una patología, lamentablemente, más común y que ataca a personas a menor edad. Esto lo subrayó el doctor Carlos Stoltzing, integrante del equipo especializado en obesidad mórbida del Hospital Marcial Quiroga.

"Nosotros vemos normalmente gente grande con un peso de 250 o 300 kilos. Es muy difícil el manejo de este tipo de pacientes porque incluso la cama que utilizan es diferente. Se complica para el traslado y para hacerles los estudios. Si bien estamos preparados para eso, porque hemos tenido pacientes similares en años anteriores, la patología en sí es difícil por el cuadro en general que tiene este tipo de pacientes. Hay estudios complejos que son difíciles de realizar, por ahí hay que guiarse mucho por análisis porque, por ejemplo, hacer una tomografía es imposible", indicó el profesional.

Un caso fatal

El sanjuanino Lucas Acosta, de 28 años, fue protagonista de una lamentable noticia. El joven, de 260 kilos, murió el martes pasado a la madrugada tras haber estado cuatro días internado. Una falla multiorgánica favoreció su deceso, pese a la lucha que libró contra la obesidad mórbida y las complicaciones respiratorias y renales que lo aquejaron al final de su corta vida.


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El doctor Stoltzing fue uno de los médicos que lo atendió. "Lucas entró al hospital con un cuadro de fallo multiorgánico, con complicaciones respiratorias y renales, sobre todo. A partir de ahí pasó por diálisis y se le puso un respirador artificial, pero la situación fue difícil hasta que se produjo el deceso. No era un paciente del hospital, así que no conocíamos su historia. Llegó bastante mal. No pudimos recabar mucho para atrás porque el paciente estaba complicado cuando lo comenzamos a atender", dijo.
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