Gerónimo superó sus internaciones y se dedica a hacerle más amena la enfermedad a los niños

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Gerónimo Cabrera tiene 20 años y gran parte de su vida la pasó en hospitales porque nació con un sólo riñón. Hecho que lo marcó y le generó, según contó, "un muy mal recuerdo". Esta etapa de enfermedad quedó en el pasado para este joven que estudia administración de empresas y en sus tiempos libres se dedica a ayudar a niños que padecen cáncer y a todo aquel que no tenga una mano.


Todo empezó como un pequeño emprendimiento comercial que fue dejado de lado pero les dio el punta pié inicial para comenzar con el proyecto "Te doy una mano", a través del cual Gerónimo y su papá, imprimen prótesis de mano en 3D y porta-sueros temáticos inspirados en los grandes héroes de los chicos. Todo de manera gratuita y a quienes más lo necesitan.




"Recién cuando vi a Thiago llorar, un nene de 10 años al que le entregamos una mano de Boca, me emocioné yo. Sabes que algo estás haciendo bien, que tanto esfuerzo vale la pena y que marcas algo en las personas que no se van a olvidar más porque estoy seguro de que cuando Thiago tenga 20 años, no se va a olvidar de que a los 10 recibió una mano"


Gerónimo Cabrera.




Con las protesis 3D han llegado a más de 300 niños, adolescentes y adultos de todo el mundo.


En esta labor quien va codo a codo con él es su padre, Guillermo Cabrera. Tiene 59 años y es mendocino de pura cepa. Oriundo de Maipú pero instalado en Buenos Aires, viene seguido a la provincia para hacer entrega de estos elementos.


"Gerónimo estudia y yo tengo mi empresa, prácticamente me estoy jubilando. Hacer manos nos lleva muchas horas de trabajo. Mi hijo programa las máquinas, yo me pongo a armar las manos, forrarlas y decorarlas según como la pide cada chico",detalló.




"Es nuestra manera de sumar alegría, caritas, sonrisas, emociones que eso es lo lindo de todo esto. Cuando un chico puede abrazar por primera vez a su madre, cuando un abuelo ve a su nieto agarrar por primera vez un vaso con agua o agarrar y tirar una pelotita, es increíble.


Guillermo Cabrera.



Un suero para super héroes


La impresión de porta-sueros surgió hace meses con la idea de hacer más ameno el pasó de los niños por el hospital. En Mendoza, específicamente, se hizo entrega 100 unidades destinadas al hospital Notti para la sala de oncología infantil y para el Hospital Perrupato de San Martín.




"Los chicos que están internados por tratamientos oncológicos o por lo que sea, están pasando un mal momento como yo cuando era chico. Entonces para hacerle a este niño un momento más llevadero, y se genere un mayor vínculo entre el medico y el paciente, es que creamos los porta-sueros".


Gerónimo Cabrera.


Es una cuestión simbólica para que el médico le pueda preguntar en qué super héroe se quiere convertir y así el menor pueda creer que está recibiendo el poder de Hulk, Superman, Batman o de Los increíbles.


"Es algo que genera alegría en los chicos y como nos dicen algunos médicos, en los tratamientos oncológicos el 30% de la recuperación es todo de la cabeza. Viene todo por las ganas que le pone la persona y si ellos saben que reciben estos poderes, tienen el 30% de la batalla ya ganada", detalló Gerónimo


"Es ayudar al que le hace falta y que a nosotros no nos cuesta nada", agregó su padre y compañero de proyectos.



Thiago y su doble batalla


Thiago tiene 10 años, es oriundo de San Carlos y nació sin su mano derecha. Condición con la que debió aprender a manejarse en la vida, y que a su vez, lo llevó a sufrir bullying en su colegio.


"Uno como mamá trata de hacer lo mejor y por más que yo estuviera llorando por dentro, siempre lo motivaba y le decía que podía hacer lo que se propusiera. Le decía 'No te voy a abrir ese alfajor', así estaba 10 minutos, él lloraba hasta que lo lograba y era un viste que 'Sí podes'", contó con lágrimas en los ojos y la vos entrecortada la madre de Thiago, Estefanía.


Por su parte, Thiago manifestó su alegría de poder hacer cosas que hasta ese momento no podía.




"Espero hacer muchas más cosas como agarrar un vaso que antes no podía, tratar de comer que nunca he podido hacerlo bien y por lo menos jugar algo"


Su mamá contó que la segunda batalla es el tema del bullyng que sufría y aprendió a no prestarle atención.




"En la escuela católica a la que va hacen siempre un circulo de la paz, y una nena no se si miedo o que , no le quiso dar la mano. Él llegó llorando y le dije 'Bueno fijate quien te la quiere dar', y así fue creciendo con ese pensamiento, aceptándose como realmente él nació", relató.






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