“Zia Caterina”, la mujer taxista que llena de magia el viaje de niños y jóvenes con cáncer

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Caterina Bellandi, una mujer de Florencia, Italia, es dueña de un taxi muy particular. Ella transporta a niños y jóvenes con cáncer a los hospitales para realizar su tratamiento. Pero el viaje es siempre acompañado de magia y diversión a través de su personaje “Zia Caterina”.




En este taxi los asientos son de color amarillo, violeta y naranja. El interior de color verde y está repleto de figuras de margaritas. Al viajar en el vehículo, los pasajeros pueden jugar con espadas de plástico, un megáfono, o hacer burbujas de jabón. En este transporte hay una sola regla, que los pasajeros disfruten del viaje. Se trata de Milano 25, el taxi florentino que desde hace 16 años ofrece viajes gratuitos, de día, entre un hospital pediátrico y las casas de pacientes niños y jóvenes con cáncer, y, por la tarde, lleva clientes regulares a la ciudad principal de la Toscana.



La conductora del estrafalario transporte se llama Caterina Bellandi, una mujer 52 años,  más conocida en Florencia y en toda Italia como “Zia Caterina” (Tía Caterina), el personaje de un hada taxista que se dice provenir del País de las Maravillas. Conduce su taxi Chrysler con una llamativa capa verde y azul coronada por un sombrero de copa de paja decorado con pompones y rosas de tela. "Esto no es un espectáculo. Los niños  pueden estar enfermos, pero pueden y deben ser felices", dice Caterina.


Caterina Bellandi no es solo una taxista para estos pacientes jóvenes, sino una presencia amistosa en todos estos momentos desafiantes de sus vidas. Visita a las familias en sus casas y organiza las vacaciones. Ella lleva a los niños enfermos a mirar juegos deportivos y les da la mano a sus héroes deportivos, e incluso ha llevado algunos al Vaticano para encontrarse con el Papa Francisco. "Pasar tiempo con estos niños que tienen que ir al hospital significa que sé lo que quieren hacer, cómo piensan y lo qué les gustaría la próxima vez", expresa Bellandi.


Una generosa red de personas ayuda a la Caterina. Una panadería florentina dona pan plano crujiente y pizza que incluso los pacientes sometidos a quimioterapia pueden comer. Las madres cosen sus capas. Un diseñador fabrica sus sombreros extravagantes.


Es tan conocida en la actualidad que algunos padres de niños que luchan contra enfermedades graves la buscan en Internet. Una nueva versión del juego de mesa Monopoly que tiene figuras famosas de la Toscana en dinero ficticio incluye a la Sra. Bellandi.

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