La Luz Mala, nunca hay que seguirla, nadie sabe dónde te lleva

Slider
luz-mala
luz-mala
En el campo, en las zonas alejadas, pasear de noche o salir a cazar es una diversión para algunos y una actividad de terror para otros.

El paisaje de San Juan es anhelado en el mundo, nuestra geografía es admirable, lo que no es para nada admirable son los mitos y leyendas de nuestra tierra, aunque para algunos es curioso. En la localidad de Valle Fértil, un pueblo ubicado al noreste de nuestra provincia, una de los miedos que reviven en cada anochecer, es el temor a la “La Luz Mala”. Esa superstición es verdaderamente un mito que trasciende a lo religioso y se extiende  a otras partes del territorio provincial. Según contaron algunos habitantes de Albardón, Jáchal e Iglesia ellos también ven esta luz, pero los primero datos de la aparición parecen tener origen en los cerros del Valle.

Este mito no sólo es patrimonio de San Juan, sino que también se conoce en toda la región del Noroeste Argentino. Según cuentan algunos que pudieron verla, ocurre que en determinadas épocas del año, particularmente cuando hay ausencia de lluvias, se visualizan entre las pedregosas y áridas quebradas de la precordillera, a la "oración", o cuando los últimos rayos del sol iluminan las cumbres, una luz muy particular como si fuera un fuego no muy intenso; producto de gases emanados de cosas que se hallan enterradas. Es a esa luminosidad que, con terror y morbosidad, los lugareños llaman "luz mala" o el "farol del diablo".

En la lógica del simple hombre de campo, durante el "Día de San Bartolomé (24 de agosto) es el momento más propicio para observar ese tipo de fenómenos, ya que es cuando parece estar más brillante el haz de luz que emerge del suelo y que la creencia popular atribuye a la influencia de poderes ocultos, ya que popularmente estiman que es el único día en que el Diablo se ve libre de sus cadenas y vaga impunemente haciendo de las suyas.

Nadie osa introducir la pala en donde sale la luz, por el miedo que ésta superstición causa. No obstante, muy pocos a veces se animan para ver que hay debajo de ella, encontrando siempre huesos secos, objetos metálicos o alfarería de origen indígena, que suelen hallarse en lugares no explorados, con lo que el terror alcanza su clímax. Es que al destapar las urnas, generalmente despiden un gas que suele ser mortal para el hombre, por lo que los lugareños aconsejan tomar mucho aire antes de abrir, tapándose con un pullo (manta gruesa de lana), o con un poncho, para que la emanación no llegue a ser respirada.

Don Salinas, un viejo vecino de Valle Fértil, relató que la luz realmente existe, y que no hace falta que sea 24 de agosto para que aparezca, él dijo: “No importa que día sea, la luz siempre aparece. Cuando salgo a cazar con alguien que viene de visita la luz siempre sale, yo ya no le tengo miedo. Una vez salimos a cazar y la luz os seguía a todas partes, no nos iluminada, sino que era como algo que brillaba, un amigo quiso tirar un tiro y yo le dije que no porque solo nos protegía”. Según explicó el lugareño, la Luz es mala cuando es roja o cuando se sienten silbidos: “Ese es el diablo” aseguró. También afirmó que la luz nunca hay que seguirla porque algunos relatan que los lleva directo a fiestas donde nada es lo que parece.
Te puede interesar
Lo más visto