Alambres para evitar accidentes: Existe un proyecto hace décadas, y el Gobierno no activa

Esta vez, le tocó a la familia Aguilar, que perdió dos de sus integrantes por el cruce de un caballo en la zona de Bermejo: Ana Beatriz Lloza de 41 años y su hijo Santiago Aguilar de 6. Cada vez que ocurre un accidente por animales sueltos en la ruta, resurge la discusión de los alambrados, la responsabilidad de los propietarios, las marcas de los animales. Pero estas discusiones nunca terminan en soluciones concretas.

El abogado Ernesto Lloveras retomó un proyecto al respecto que presentó en la gobernación de Escobar, y nunca ingresó en Diputados.

Un peligro totalmente controlable, pero nadie hace nada.

 

“Yo no salgo del asombro después de tantas décadas de este proyecto la cuestión siguió igual o peor”, fue lo primero que acotó Lloveras. En aquel momento Mario Pulenta le encargó a él y otros profesionales que generaran un proyecto, dado que su hija había sufrido un accidente viniendo desde Mendoza que casi le cuesta la vida.

“Nos convocó como especialistas en temas ambientales, lo primero que hicimos fue ver la legislación comparada, recorrer zonas de Valle Fértil, La Rioja, todas las zonas donde había animales. Lo común era la falta de alambrado, y si lo ponían duraba poquito porque se lo robaban y podían pasar algo para pone otro”.

Claro que luego del exhaustivo análisis, se forjó al fin un proyecto de ley que preveía hasta los más mínimos detalles a la hora de colocar alambrado en las orillas de las rutas. Se estudiaron las maderas y alambres adecuados, resistencia a las temperaturas, el sol, el agua y se estableció la responsabilidad fundamental de las municipalidades.

“Se obligaba a las municipalidades a tener un vehículo que tenía que recorrer la zona permanentemente con un personal especializado en poder subir un animal para llevarlo a la municipalidad”, indicó el abogado. Además, los propietarios de animales tenían que tener al día las marcas, para identificar al propietario y atribuirle la responsabilidad pertinente.

El proyecto fue presentado al exGobernador Jorge Escobar en su momento, que se mostró interesado pero pasó el tiempo, y como de costumbre, el trabajo realizado quedó en la nada a pesar de la insistencia de sus creadores, que terminó en el cansancio.

“Estoy tratando de ubicar a la Ingeniera Margarita, con quién lo hice,   para presentarlo de nuevo. Analizarlo a la luz del siglo XXI y ver si se puede pulir. No podemos darnos el lujo de tener más muertes o accidentados en la ruta”, manifestó Lloveras.

Además, la parte penal también fue prevista en aquel momento, con penas que iban desde multas hasta prisión a los propietarios de animales.

“El animal termina siendo vendido por subasta pública, y la idea es que fuera a lugares donde se necesita el dinero, para la gente menos pudiente”, concluyó Lloveras.

Hasta aquí, tenemos años de muertes por esta problemática, y más todavía discutiendo sobre las soluciones. ¿Qué respuesta dará la política?