Accidente en la Dante: Irresponsabilidad y amarillismo en los medios sanjuaninos

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Dante Alighieri
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El jueves pasado el Colegio Dante Alighieri fue el blanco de una extensiva polémica que continúa siendo agenda en la mayoría de los medios sanjuaninos, lamentablemente, poco objetivos,  amarillistas, y muchos casos, mal informados.

Acusados. El colegio quedó en el ojo de la tormenta por un accidente entre alumnas del establecimiento.

 

El hecho, sin color ni subjetividades, es que una alumna de secundaria del Colegio en cuestión, Florencia Merino, recibió el impacto de un semicírculo en el ojo derecho que le produjo graves lesiones, proveniente de las manos de una compañera de curso.  Hasta el momento, los padres de la niña lo único que hicieron fue acusar al colegio y escandalizar a los medios, que para colmo, en su mayoría aman el morbo, por lo que sin la más mínima responsabilidad lo tildaron automáticamente como un “caso de bullying”. “Gravísimo caso de bullying”, “Bullyin en un colegio privado”, “Caso de bullyin en San Juan”, eran sólo algunos de los titulares el respecto.

En principio, la falta de responsabilidad como periodistas comienza cuando por “rating” se opta no solo por la exageración, sino por la denominación de hechos con adjetivos de extrema delicadeza como bullying. Cabe aclarar que con esto no se intenta hacer apología de la violencia, ni mucho menos minimizar el hecho. Lo cierto, es que más allá de lo que podría ser, ningún medio de comunicación intentó siquiera indagar más sobre el tema.

La madre de la niña dijo en la mayoría de los medios locales que su hija sufría maltratos por parte de su compañera desde hacía más de un año. Maltratos como burlas, cortes de pelo o parches en la frente con corrector. De hecho, la misma Florencia declaró eso ante las cámaras de Canal 8. Sin embargo, la progenitora también afirmó que “no dijo nada en la escuela” porque su propia hija se lo impedía.

Acá se pone en el tapete la primera cuestión: la responsabilidad. Lógicamente, los establecimientos educativos y sus directivos son responsables de lo que sucede con los alumnos mientras pisen el edificio escolar, pero aunque velen por el “buen comportamiento” de los jóvenes, si no se enteran o no perciben un caso de violencia es imposible que tomen alguna medida. La indignación de un padre es entendible, pero todos deben asumir responsabilidades. De hecho, hay ciertas pautas universales para los casos de bullying, establecidas en el reglamento interno de casa institución, que expresan claramente los pasos a seguir por un directivo en estos casos, los cuales fueron respetados. De hecho el director del Colegio, Emmo Dall Acqua, siguió estas pautas, sucedido el accidente, se le dio aviso a los padres, se hizo la denuncia y se llamó al ECI.

De todos modos, el padre llevó a Florencia en su auto. Además, el Director ofreció el seguro correspondiente a la familia pero no lo aceptaron, ya que les interesa directamente ir a juicio. El problema aquí va más lejos de la culpabilidad. El problema es la falta de responsabilidad, respeto y profesionalismo de los medios. En este caso, hay dudas sobre la denominación del hecho, por lo que es irresponsable denominarlo Bullying directamente y sólo escuchar a una de las voces (en este caso los padres alegando que su hija perderá un ojo por las torturas de su compañera), porque conviene “para tener más audiciencia”.

Los padres de Florencia se quejaron de que a su hija “no se la escuchaba”. Del mismo modo, muchos compañeros de la niña se están expresando para hacer oír su versión en los medios, pero ninguno les da cabida. Escriben comentarios tales como “los medios están mintiendo”, “no fue a propósito, fue un accidente”, “Mi compañera le estaba pasando el semicírculo a otra compañera”. En fin, la mayor parte de los comentarios de los compañeros desmienten las acusaciones de bullying, aunque la mayoría de los comentarios adultos los insultan, minimizan y subestiman, “por ser menores” o “por no entender nada”.

Del mismo modo, el papá de Florencia envió un comunicado al resto de los padres afirmando que no había sido notificado de la reunión programada por Dall Aqcua para el martes. Sin embargo, el Director llamó personalmente al padre de la niña para informarle de la reunión, que no pudo realizarse por el estado de ira de Merino, trasladándose el encuentro al día de hoy a las 17:00 horas.

Además, otra cosa que ningún medio aclara, es que ambas niñas (“agresora y agredida”) son parientes y que ambas familias no tienen una buena relación. Cierto o no, es información evadida. De la misma manera, hubo muchos comentarios como "que la echen a esa hija de puta y no la dejen entrar a ninguna escuela" o "que digan el nombre, que se hagan cargo". Ciertamente, esta gente no entiende que no puede develarse la identidad de una menor que no fue declarada como "culpable" por la Justicia, ya que puede sufrir de daños y perjuicios que atenten contra sus derechos. Entonces se observa como las contradicciones giran en torno al suceso, pero nadie se hace cargo como comunicador para hablar con seriedad y no confundir a la ciudadanía, a la que bastante preocupan estos temas.

No puede perderse de vista tampoco, la presión ejercida sobre el colegio, ya que el Padre de Florencia nunca asistió sin la compañía de un medio de comunicación.

Es necesario decir, es necesario expresar, no callarse y hablar las cosas como son. Si hay violencia, que se sepa, si hay maltratos, que se sepa. Pero si no hay información acabada y certera, más que los propios hechos, que se informe y eduque con responsabilidad.

Verdaderamente algunos medios muestran cada vez más su falta de responsabilidad ante muchos hechos, sólo por intereses económicos. Nadie acepta la violencia en cualquiera de sus formas, y eso está bien, pero seamos justos cuando se trate de temas tan delicados en los que no solo una, sino muchas responsabilidades están en juego.
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