Doña Sandra: La madre soltera sanjuanina que se juega por otras

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Hace 25 años nació su hijo en una época en la que estaba muy mal visto. Sin embargo no pudieron contra su voluntad y hoy está a disposición de otras mujeres que pasan por momentos difíciles como el que le tocó a ella. Y además, se ha ocupado en prevenir el embarazo adolescente con "tardes de confesiones" entre madres e hijos en el Barrio La Estación.

Foto exclusiva de Mara Belzagui para DIARIO MÓVIL




Sandra Perez es una mujer muy reconocida en el Barrio La Estación por hacer el bien sin mirar a quién. Lidera el grupo "Posibilidad para Todos" que nació hace 22 años cuando ella y sus amigas escucharon por radio que pedían cajas de leche para madres que estaban solas. Ella no se conformó con lamentarse sino que se movilizó por ese alimento y luego por roba de bebé y después por donaciones y ya no la paró nadie.

"A mi me tocó ser madre soltera y sabía en piel lo que se siente no tener a nadie. Tener un hijo de soltera hace 25 años era para que tu familia te deje de hablar. Me tocó ese castigo aunque después del nacimiento se empezaron a componer las cosas", recordó para DIARIO MÓVIL. "Después en el calendario salió el derecho del niño por nacer. Cuántas mujeres pensamos que no podemos tenerlo porque no hay una palabra que te diga que sí. Yo no me arrepiento y estoy re orgullosa de haber trabajado para criar a mi hijo. Así chiquito y todo lo llevaba conmigo al Hogar de Ancianos a festejar el día de los abuelos. Le enseñaba a guardar bufandas o cositas para los ellos. Hasta que un día me dijo que quería adoptar un abuelo. Con los chicos de la UNSJ hicimos el padrinazgo. Y acompañamos a Pablito hasta que falleció", contó Doña Sandra.

"En una donación llegó un traje de payaso, cargado de colores, no le iba a servir a nadie pero una de las chicas dijo que se lo podía poner y hacer las entregas de otra manera. Y así nació "Posibilidad par todos". Que le pusimos así porque teníamos dos chicos que pasaron a ser chicas. Lo hablamos en el grupo, tenían buen corazón para ayudar y eran muy aceptados".


Foto exclusiva de Mara Belzagui para DIARIO MÓVIL

En estos años de acción solidaria las anécdotas son miles. Hubo gente que llegó, otra se fue. "Y hoy soy abuela de muchísimos niños, ya perdí la cuenta. El cocinero se casó con la bibliotecaria. Los hermanos de ellos se casaron con otros chicos del grupo. Tuvieron familias que hoy vienen y me muestran sus hijos. Y nos acordamos de tantas historias: unas lindas, sentimentales, difíciles; te marcan", dijo Sandra.

Hoy hay ayudas para las madres solteras o vulnerables, como la AUH o el plan Mil Días. Pero para Sandra el tema es delicado. "Hoy en cada familia hasta hay niñas que van a ser madres. Antes no había planes y era todo más sacrificado y se valoraba más la familia, los valores familiares. Más allá de que es una ayuda la asignación y el programa nutricional a las niñas habría que capacitarlas en su salud, maneras de cuidarse, tener un plan. Ser mamá es un título muy importante y para toda la vida. Noto a muchas madres que abandonan a los niños y los terminan criando las abuelas. Acá se hizo junto al centro de salud Distéfano las "tardes de confesiones". Eran charlas para niñas en las que les contaban a sus madres que ya había pasado la primera vez. Los varones preguntaban por la transformación del cuerpo", contó sobre algunas de las acciones en prevención que también abordaron.

El barrio La Estación

Ella reivindica a sus vecinos del Barrio La Estación pese a la mala fama del conjunto habitacional rawsino. "Cuando me vine a vivir acá muchos pensaron que me habían castigado. Pero pensé que Dios me puso en el lugar de la necesidad. Hay muchas familias con forma de pensar diferentes que cuando veían que nos disfrazábamos de payasos o nos pintábamos decían que era una tontera. Al tiempo esas mismas personas querían participar", relató.

Asegura que con el ejemplo del grupo, los vecinos de su calle cambiaron de actitud. "El que insultaba, ya no lo hace. No hay amontonamientos en las esquinas y todos quieren hacerle alguna mejora a la casita", enumeró.




"Esto no es fácil. Nos ha tocado que los mismos chicos que se disfrazan para alegrar a otros, tienen problemas. Pero por ese ratito que están con la cara pintada, están para otros, se te llena el corazón. Muchos pudieron curarse de la depresión con un traje de payaso. Como muchos otros superaron adicciones. Son logros para mi, que me considero su madre".

Sandra es Coordinadora del Centro de Desarrollo Infantil "Jazmín de Luna" en su barrio y se cruza con toda clase de personas. Y cuando hicieron actividades solidarias en el Penal de Chimbas, varios la reconocieron detrás de las rejas porque son padres de los chicos del CEDI.

Y sobre todo, Sandra elogia a las madres de su barrio luchan por sacar adelante a sus hijos. "Y hay una persona muy especial a la que quiero agasajar en el día de la madre, una heroína. Ha dado mucho por el barrio y por su familia y es un ejemplo de vida doña Gladys Ceballos". Es una abuela que en su juventud fue campeona de basquet con los Juegos Evita y enseñaba el deporte a los niños de su calle. También, a los 80 años, bailaba reaggeaton junto a las niñas y juntaba a los varones para enseñarles a parchar pantalones. Visitaba a las vecinas para capacitarlas en el plan Pro Huerta y que tuviera cada una su huertita.

Un día, Gladys descubrió que su propio hijo maltrataba a sus nietos, no dudó en denunciarlo y terminó preso. Hoy los niños son grandes y el mayor, de 25 años, se hizo cargo de los más pequeños. "Yo valoro que el te quiero y te amo se digan en vida. Por eso quiero agasajarla en su casa".

Las albañilas

La casa de Sandra Pérez ha sido una usina de emprendedores: escuela de adultos que querían aprender a leer y escribir, peluquería para los que sabían cortar el pelo, panadería de viernes a domingo para los que podían usar el horno que gestionaron. Una vecina que era modista de barrio, hoy gracias al grupo tiene 11 máquinas industriales y hace ropa interior y para empresas. Sacaron adelante una pequeña empresa familiar.


Foto exclusiva de Mara Belzagui para DIARIO MÓVIL

El mayor logro laboral del grupo ha sido poder conformar la Cooperativa Medalla Milagrosa, que trabaja desde 2004 capacitando a mujeres en construcción para realizar, por ejemplo, las conexiones cloacales domiciliarias. "Me toca a mí llevar adelante obras importantes en contratación de OSSE. Son más de 20 hombres que yo siendo mujer tengo que estar a cargo. No es fácil", advirtió.

"Fue algo hermoso esa capacitación, lo guardo como un tesoro para cuando cierre los ojos. Lo mismo con un grupo de peluqueros que se está capacitando gratuitamente. Acá no cobramos ni ganamos nada. Ni siquiera tenemos la personería jurídica. Pero gracias a Dios se ha podido trabajar muchísimo. Y me llena de orgullo haber podido hacer que se capaciten las mujeres y sepan poner cerámicos, plomería. Nada es imposible. Se puede trabajar como hombre, ser madre, ser soltera".


Foto exclusiva de Mara Belzagui para DIARIO MÓVIL

La anécdota más chistosa

"Entre todos los festejos del día del niño que hicimos hubo uno en el Médano en el que  pudimos hacer chocolate en un lavarropa viejo, ahuecado, que por un lado metíamos leña y en el tambor cocinábamos", recordó entre risas. A falta de elementos, bueno es el ingenio. "Ya no hacemos salidas como antes, que las promocionábamos en los medios. Ahora quedamos, lo hacemos y sólo subimos fotos a Facebook".

El peor momento

Un momento difícil pasó hace 6 años cuando le dio una parálisis facial por estrés. Sandra trabajaba para mantener su hogar, el de otros, hacía un curso de lengua de señas y dictaba talleres. "Vi que mucha gente me quiere. Los niños me decían que tenía que largar besitos, inflar globos, comer chicle para rehabilitar los músculos de la cara. Verme postrada pero rodeada de gente del grupo que me bañaba, me secaba y encremaba; fue muy emocionante".

Un plus

"La vida me ha premiado en algo muy importante, después de tantos años de estar sola. Hace 6 años estoy en pareja con mi primer novio. Las vueltas de la vida, hoy estamos viejos y juntos, después de 30 años de hacer cada uno su vida. Él me vio en una nota en la revista de Tarjeta Nevada pero no se acercó hasta que se divorció. Me apoya en todo esto y estamos bien", contó entusiasmada.
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