Puttering: Un habito que se hace tendencia en San Juan

En medio del ritmo acelerado de la vida diaria, cada vez más sanjuaninos comienzan a incorporar el puttering como una forma simple y accesible de reducir el estrés, reconectarse con lo cotidiano y encontrar bienestar en pequeñas acciones realizadas sin apuro ni exigencias.

San Juan

En la provincia de San Juan, donde la calidez del clima muchas veces impone un ritmo pausado y el paisaje invita a tomarse un respiro, empieza a resonar con fuerza un concepto que hasta hace poco parecía ajeno a la cultura local. Se trata del puttering, una práctica originada en países anglosajones, que propone dedicarse a pequeñas tareas sin presión ni objetivos estrictos, con el fin de reducir el estrés y recuperar un equilibrio mental que la vida moderna suele desdibujar.

Lejos de ser una moda pasajera, el puttering ha encontrado adeptos entre muchos sanjuaninos que buscan alternativas concretas para enfrentar el ajetreo diario. Desde trabajadores que incorporan momentos de pausa en sus rutinas hasta adultos mayores que redescubren el placer de actividades sencillas, esta forma de “desacelerar” está ganando terreno en barrios y rincones de la provincia. En lugar de avanzar constantemente en listas interminables de pendientes, cada vez más personas optan por invertir tiempo en tareas cotidianas que, aunque simples, generan bienestar.

Para muchos en San Juan, el puttering comenzó como una curiosidad vinculada a prácticas de bienestar difundidas a través de redes sociales y medios digitales. Pero pronto se transformó en un hábito, especialmente entre quienes sintieron el peso de la ansiedad y la presión por ser productivos a toda hora. Al regar las plantas temprano por la mañana, ordenar un estante sin apuro o simplemente caminar por la casa sin un propósito definido, estas acciones vuelven a conectar a los sanjuaninos con una forma de estar en el mundo menos demandante y más consciente.
El efecto de estas pequeñas pausas se percibe en distintas esferas de la vida cotidiana. Vecinos comentan que cuidar detalles del hogar les permite comenzar el día con una sensación de calma. Otros señalan que estas prácticas les ayudan a lidiar con el estrés del trabajo y las responsabilidades familiares. Los profesionales de la salud mental en la provincia también remarcan que actividades de baja intensidad, como las que propone el puttering, pueden contribuir a disminuir niveles de tensión, ofreciendo un respiro para el sistema nervioso y favoreciendo la regulación emocional.
Aunque el concepto puede sonar extraño o contradictorio para quienes están habituados a medir su valor personal por la productividad y la eficiencia, los sanjuaninos que lo adoptan encuentran en el puttering una forma de cultivar la creatividad. Al liberar la mente de la presión permanente, se generan espacios de pensamiento más fluidos, donde surgen nuevas ideas y soluciones a problemas cotidianos. La mente, al no estar ocupada en resolver tareas complejas, puede divagar sin prisa y habilitar conexiones inesperadas.

Además de los beneficios mentales, estas pequeñas acciones tienen un impacto físico positivo. Movimientos suaves como ordenar, barrer o regar plantas mantienen el cuerpo activo de forma natural, promoviendo una dinámica saludable que contrarresta el sedentarismo. Este enfoque simple y accesible ha hecho que muchas personas mayores, en particular, lo adopten como parte de su día a día, encontrando una rutina que al mismo tiempo les aporta propósito y calma.

En una provincia donde el ritmo de vida a veces puede sentirse tan intenso como el sol de verano, el puttering ofrece una invitación a detenerse, aunque sea por unos minutos, para redescubrir el valor de lo simple. Para los sanjuaninos, esta práctica ya no es solo una palabra extranjera o una tendencia importada, sino una herramienta concreta para mejorar la calidad de vida. En los pequeños gestos de cada jornada, encuentran no solo alivio al estrés, sino una forma nueva de habitar su propio tiempo.

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