El empresario que trajo a Q´Lokura ante la justicia: hablan de multa MILLONARIA

A más de diez días del caótico recital de Q’Lokura en San Juan, el empresario Pablo Sanguedolce finalmente se presentó este lunes ante el Juzgado de Faltas para rendir cuentas por lo ocurrido la noche del 8 de julio en el estadio Aldo Cantoni. La sobreocupación del recinto y las múltiples denuncias de personas que no pudieron ingresar, a pesar de tener entrada en mano, motivaron la apertura de una investigación que ahora atraviesa una etapa decisiva.

Fuentes judiciales confirmaron que Sanguedolce brindó su declaración en el marco del expediente, aunque el contenido de su descargo no fue revelado. Lo que sí está claro es que la causa apunta a determinar si hubo o no una venta excesiva de entradas que desbordó el aforo habilitado para el evento. Esa noche, el Cantoni lució colmado, con público incluso en escaleras y sectores no autorizados, una postal que fue duramente criticada incluso por los propios músicos en pleno escenario.

Mientras tanto, el expediente avanza hacia la instancia probatoria y se espera que el juez resuelva en los próximos días si corresponde aplicar una sanción económica. Según pudo saber este medio, la multa podría rondar los 10 millones de pesos, en función de la gravedad de las infracciones que se comprueben.

Paralelamente, en la Dirección de Defensa del Consumidor se tramitan al menos 20 denuncias individuales de personas que, a pesar de haber adquirido entradas anticipadas, no lograron ingresar al show. Estos reclamos iniciaron su camino administrativo y desembocarán en audiencias de conciliación previstas para la próxima semana. Sanguedolce será citado jueves y viernes con el objetivo de alcanzar acuerdos que incluyan la devolución del dinero o alguna compensación a los damnificados.

En caso de no presentarse o de negarse a resarcir a los denunciantes, la ley contempla la posibilidad de aplicar una nueva multa, esta vez desde el ámbito de la defensa de los consumidores. El empresario deberá entonces afrontar consecuencias por partida doble: en la vía judicial y en la administrativa.

Lo ocurrido durante el recital de Q’Lokura reavivó la preocupación por el control y la seguridad en eventos masivos. El Cantoni, con una capacidad autorizada de 4.331 personas, fue superado visiblemente esa noche, generando incomodidad, frustración y reclamos que ahora buscan ser reparados por la vía institucional.