Dos años del triunfo de Orrego que le puso fin a dos décadas de hegemonía peronista

El 3 de julio de 2023, Marcelo Orrego se consagró gobernador y le puso fin a 20 años de poder ininterrumpido del peronismo en la provincia. Su triunfo marcó un quiebre político y dio inicio a una nueva etapa en la política sanjuanina.

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Este jueves se cumplen dos años de una elección histórica en San Juan. El 3 de julio de 2023, Marcelo Orrego se impuso en los comicios provinciales y se convirtió en el primer gobernador no peronista en dos décadas. Aquel resultado no solo significó el final de una hegemonía política que había atravesado varias gestiones consecutivas, sino también un fuerte mensaje de cambio por parte del electorado sanjuanino.

Con el 51% de los votos, el entonces diputado nacional y referente del frente Unidos por San Juan logró imponerse con comodidad sobre los dos principales candidatos del peronismo, en una elección marcada por la aplicación de la ley de lemas y la crisis interna del oficialismo. José Luis Gioja, exgobernador, obtuvo un 27%, mientras que Rubén Uñac –hermano del mandatario saliente Sergio Uñac– quedó relegado con el 17%. La suma de ambas listas no alcanzó para frenar el avance opositor.

El resultado fue celebrado como un batacazo. No solo porque el peronismo había ganado todas las elecciones provinciales desde 2003 con más del 50% de los sufragios, sino porque el desenlace se produjo en medio de una estrategia oficialista que resultó fallida: tras ser inhabilitado por la Corte Suprema para competir por un nuevo mandato, Sergio Uñac decidió desdoblar los comicios y dejar para julio únicamente la categoría de gobernador. Esa jugada debilitó la estructura tradicional del PJ y, sin candidatos locales en la boleta, los intendentes no tuvieron un incentivo claro para movilizar al electorado en favor del postulante del Ejecutivo.

“Quiero agradecer a todos los sanjuaninos que confiaron en nosotros. Hay muchas cosas que se han hecho bien, pero hay muchas cosas que cambiar. Y a mí no me van a temblar las manos para hacer las cosas que hay que hacer”, dijo Orrego en su discurso triunfal. Aquel 3 de julio, estuvo acompañado por Horacio Rodríguez Larreta y varios referentes de Juntos por el Cambio, quienes buscaron capitalizar el triunfo como una señal de impulso en la interna nacional.

La postal de esa noche mostraba a un Orrego medido pero firme, que prometía ejercer el poder “sin distinciones ideológicas” y bajo un estilo de gestión dialoguista. No le quedaba otra: debía asumir el gobierno con una Legislatura controlada por el justicialismo, que había ganado las elecciones del 14 de mayo en 15 de los 19 departamentos y conservaba una mayoría parlamentaria holgada, con 24 de las 36 bancas.

Esa compleja correlación de fuerzas fue uno de los principales desafíos que enfrentó desde su asunción el 10 de diciembre. Aun así, su figura se consolidó con el paso de los meses, y su administración logró imponer una agenda propia marcada por la austeridad, el reordenamiento de cuentas públicas y la búsqueda de financiamiento para obras estratégicas, en un contexto de fuerte recorte nacional.

Marcelo Orrego, abogado de profesión y dirigente del partido Producción y Trabajo, comenzó su carrera política como asesor de Roberto Basualdo y luego fue electo intendente de Santa Lucía, cargo que ocupó entre 2011 y 2019. Tras dos mandatos municipales exitosos, saltó al Congreso y desde allí cimentó su perfil como candidato provincial. En 2019 perdió frente a Sergio Uñac por 22 puntos. Cuatro años más tarde, logró revertir esa diferencia con una contundencia que sorprendió incluso a propios.

Aquel triunfo en San Juan fue parte de una serie de derrotas sufridas por el oficialismo en distintas provincias, como San Luis, Chaco y Neuquén, donde también se quebraron estructuras de poder consolidadas. Y para Juntos por el Cambio fue una pieza clave en la estrategia electoral que dividía aguas entre el modelo de apertura y moderación de Rodríguez Larreta, y el enfoque más confrontativo que proponían Patricia Bullrich y Mauricio Macri.

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