River ELIMINADO del Mundial de Clubes

Los dirigidos por Gallardo perdieron contra el Inter de Milán por 2 a 0 Francesco Pio Esposito y Alessandro Bastoni.

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En el Lumen Field de Seattle, bien lejos de casa, River Plate cerró su participación en el Mundial de Clubes con una derrota que caló hondo. No solo por el 2-0 ante el Inter de Milán, que selló su eliminación en fase de grupos, sino porque el equipo de Marcelo Gallardo dejó la sensación de no haber estado nunca a la altura de las expectativas generadas en la previa. Fue una caída que dolió más allá del marcador: por el contexto, por el funcionamiento, por lo que se esperaba de un plantel valuado en más de 50 millones de dólares.

River se quedó sin octavos tras completar una participación irregular. Lo curioso es que probablemente jugó su peor partido en el debut, cuando venció 3-1 a un flojísimo Urawa Red Diamonds. Luego mostró una mejora notoria ante Rayados, pero no logró cerrarlo. Y ante el subcampeón de Europa entregó una versión digna en actitud, pero insuficiente desde el juego. Con una alineación parchada, sin su mediocampo titular y sin su goleador, Gallardo logró sostener el plan que había pensado, aunque con el correr de los minutos la jerarquía del rival, el desgaste físico y la expulsión terminaron inclinando la balanza.

Jonatan Maidana no viajó, Nacho Fernández no jugó, Borja no convirtió y Aliendro volvió a ser una sombra del volante que alguna vez fue. El eje en el mediocampo, Matías Kranevitter, reapareció después de meses inactivo. Gallardo apostó por lo que tenía a mano, al punto que debió recurrir a juveniles casi sin experiencia profesional. Aun así, durante pasajes del partido River logró empujar al Inter contra su área, aunque con poca claridad. Las transiciones defensivas, un problema que ya había quedado expuesto ante rivales como Independiente del Valle, fueron una condena frente a un conjunto como el Neroazzurro.

Si no fue goleada fue por Armani, nuevamente figura, y porque el palo también jugó para el “Millonario”. En el segundo tiempo, River terminó fundido, superado físicamente por un equipo europeo que administró mejor los esfuerzos. Desde el banco, Gallardo no encontró herramientas para modificar el curso del juego. Y mientras tanto, desde Los Ángeles llegaban noticias que dejaban en claro que solo un triunfo le servía: los Reds hacían agua en el Rose Bowl y la clasificación estaba al alcance de un gol. Pero no llegó.

El cierre del torneo también dejó en evidencia la inmadurez de algunos proyectos. Franco Mastantuono, a quien muchos señalan como futura figura del Real Madrid, tuvo un rendimiento opaco. “Tiene 17 años”, se repetía en las tribunas como una forma de comprender su torneo. Estuvo lejos del brillo esperado. Y el propio equipo también.

La desconexión entre la inversión y los resultados fue evidente. Un plantel caro, sin respuesta en momentos claves. Un banco sin variantes que mejoraran el funcionamiento. Y un equipo que debió pelear contra uno de los gigantes del fútbol mundial con apenas un puñado de herramientas. Las más de 40.000 almas que viajaron hasta ese rincón del norte estadounidense merecían más. “Queremos la Libertadores”, gritaron cuando todo estaba dicho. Pero con este nivel, con este cierre de semestre, ese anhelo parece lejano.

En lo que va del 2025, River apenas ha perdido dos partidos oficiales: uno ante Estudiantes y el otro esta eliminación. Pero la sensación general es la de un ciclo que necesita reacomodarse, barajar y dar de nuevo. Porque esta vez, el golpe no fue por el resultado: fue por lo que pudo ser y no fue.

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