VIDEO: le cumplieron el sueño de ser colectivero a un nene sanjuanino con discapacidad

El regalo más emotivo: Tiziano celebró sus 8 años con su colectivo favorito en la puerta de casa y el gesto emociona en redes sociales.

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Tiziano cumplió ocho años y vivió una sorpresa que difícilmente olvide. Fanático de la Línea 3, su sueño es ser chofer de colectivo. Y aunque una dificultad en uno de sus brazos le impide pensar en eso como un futuro profesional, su deseo es tan grande que conmovió a su familia, a sus vecinos y hasta a la empresa de transporte El Triunfo Clasur, que decidió formar parte de una celebración cargada de emoción.

Todo sucedió este domingo en Pie de Palo, Caucete. Allí, en plena fiesta de cumpleaños, mientras Tiziano jugaba con sus amigos, el inconfundible sonido de una bocina de colectivo rompió el aire. Una unidad de la Línea 3 se estacionó justo frente a su casa y la emoción lo desbordó: se subió, saludó al chofer Tito, miró el volante con ojos brillantes y compartió el viaje con todos sus amigos. “Que lo cumpla feliz”, cantaron todos a bordo del micro.

La historia fue registrada en un video por el periodista Ariel Rodríguez, quien acompañó el recorrido del colectivo en esta visita tan especial. “Dicen que los sueños se cumplen, y hoy vinimos a comprobarlo”, expresó. Durante el trayecto, Rodríguez fue contando detalles: que Tiziano solo quiere subir a colectivos de la Línea 3, que su admiración por esos vehículos nació desde muy chico, y que su entorno decidió cumplirle el anhelo, a pesar de todo.

“Gracias a la empresa que se prestó para esto. A Tito, el chofer, y a todos los que hicieron posible que Tiziano tuviera este día inolvidable”, se escuchó decir en medio de aplausos, abrazos y chicos subiéndose al colectivo, hasta con el perro de la familia a bordo. Entre risas, hasta hubo tiempo para una breve discusión futbolera: algunos gritaban por Boca, otros por River, y Tiziano dejó en claro de qué lado está: “¡De River!”, respondió sonriente.

El gesto fue simple, pero profundo. Un colectivo, una comunidad movilizada, y un niño que por un rato no solo festejó su cumpleaños, sino que también tocó con la punta de los dedos el sueño que lo acompaña desde siempre: el de ser chofer de la Línea 3. Y aunque quizá ese deseo no pueda concretarse como carrera, lo vivido este fin de semana fue una forma luminosa y poderosa de decirle que nada es imposible cuando hay amor, empatía y voluntad.

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