El pedido desesperado para encontrar en San Juan a su madre biológica

Un llamado a la solidaridad y la esperanza para encontrar sus orígenes. Bruno Guevara y su incansable búsqueda de su madre biológica.

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Bruno Guevara tiene 39 años y lleva años intentando encontrar a su madre biológica. Con una historia marcada por la incertidumbre, pero también por la determinación, Bruno publicó recientemente un mensaje en redes sociales con la esperanza de que alguien pueda ayudarlo a dar con el paradero de su progenitora.

Según cuenta en su publicación, su madre biológica se llamaría Felisa Marino, quien podría haber vivido en el barrio de Desamparados, en la provincia de San Juan, cuando Bruno nació el 1 de enero de 1985. En ese momento, Felisa tendría aproximadamente 27 años, lo que la ubicaría hoy en unos 67 años de edad. Bruno fue dado en adopción pocos días después de su nacimiento y trasladado desde San Juan a Buenos Aires. Fue criado por una familia adoptiva y descubrió a los 20 años que había sido adoptado.

“No tengo más datos lamentablemente”, confiesa Bruno en su publicación, donde también menciona que tiene un hermano mayor, del que tampoco tiene información. Este vacío lo ha llenado de tristeza durante años, impulsándolo a buscar a su familia biológica. Sin embargo, la tarea no ha sido sencilla. Aunque intentó recurrir a la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (CONADI) en enero pasado, el proceso ha sido lento debido a la alta demanda de casos similares.

“Di mis datos, esperé un mes, volvié a escribir, y me informaron que debo esperar”, explica Bruno, quien admite sentirse desalentado por la complejidad de la situación y las limitadas herramientas disponibles para avanzar en su búsqueda. A pesar de las dificultades, mantiene la esperanza y un deseo profundo de conocer a sus padres biológicos antes de que sea demasiado tarde.

Bruno expresa que no guarda rencor hacia su madre biológica ni hacia las personas involucradas en su adopción. “No tengo odio ni rencor, quizás sí ya hace muchos años, pero ahora la incertidumbre la reemplazó el querer conocer, la necesidad de saber de dónde vengo”. Reflexiona también sobre las circunstancias de su adopción, cuestionando por qué fue entregado en condiciones que considera irregulares y fuera de la ley.

En su mensaje también hace un llamado a quienes puedan aportar información, aunque sea mínima, para que lo ayuden en su búsqueda. “Solo quiero saber dónde están, quiénes son, de dónde vengo, a quién me parezco, por qué me entregaron así”, señala. A quienes no tienen información relevante, les pide respetar su historia y abstenerse de emitir comentarios que puedan generar dolor.

El caso de Bruno es un recordatorio de las historias invisibles de muchos adoptados que buscan sus orígenes biológicos. Con cada compartida en redes sociales, aumenta la posibilidad de que alguien lo conecte con su madre, Felisa Marino, o con su hermano mayor. “Espero que la publicación llegue en algún momento a personas cercanas. Muchas gracias a todos los que publican cada tanto”, concluye Bruno con gratitud hacia quienes lo apoyan.

Si alguien tiene información sobre Felisa Marino o su paradero, se invita a contactarlo a través de sus redes sociales. La solidaridad podría hacer la diferencia en esta búsqueda cargada de esperanza y amor por sus raíces.

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