Con Lavagna y Redrado, Massa apuesta por el equipo económico

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El candidato del Frente UNA convocó a economistas de renombre para administrar lo que considera una coyuntura difícil, "pero no de crisis". Apela a la sintonía fina con garantía de gobernabilidad.

Después de imponerse en provincia de Buenos Aires en las elecciones legislativas de 2013 con un 43% de los votos y 12 puntos de ventaja sobre la lista del Frente para la Victoria, Sergio Massa decidió que competiría por la Presidencia de la Nación en 2015. El líder del Frente Renovador, hoy integrado al Frente UNA, comenzó a reclutar desde entonces a varios economistas de renombre, algunos de ellos con amplia experiencia en el manejo de crisis, para presentarle a la sociedad un equipo con amplia garantía de idoneidad técnica, su principal baza electoral.

El ex ministro de Economía Roberto Lavagna, su hijo Marco Lavagna, los ex presidentes del BCRA Aldo Pignanelli y Martín Redrado, el ex presidente de la UIA José Ignacio De Mendiguren, el ex secretario de Finanzas Guillermo Nielsen, y los economistas Ricardo Delgado (Analytica), y Nadín Argañaraz (Instituto Argentino de Análisis Fiscal) son algunos de los hombres que eligió Massa para administrar "una agenda intensa, pero no de crisis" en un futuro Gobierno.

"Lamentablemente la situación se ha tornado delicada, más de lo que podríamos haber imaginado hace un tiempo atrás".

"Las variables se han venido deteriorando de manera gradual estos últimos años, pero de manera mucho más marcada en los últimos meses, especialmente las financieras", señaló Martín Redrado, ex presidente del Banco Central. "Básicamente quien asuma en diciembre próximo deberá administrar una verdadera escasez de recursos, tanto en lo que se refiere a la caja en pesos como a la caja en dólares".

Entre las dificultades económicas que encontrará el próximo Gobierno, Redrado identificó al "déficit fiscal del orden del 7 al 8% del PBI, con presión tributaria récord y una estructura de gasto público con fuertes rigideces a la baja y alto componente social; una economía estancada, sin generación de empleo, sin inversión y con políticas orientadas a estimular permanentemente el consumo; una inflación piso del orden del 25 al 30% con un elevado pass-through a precios; y un importante excedente de oferta de pesos, hasta ahora atrapado en el corralito que impone el cepo cambiario".

Entre tantas debilidades, Redrado rescató "una baja tasa de endeudamiento, ya que aun corrigiendo el PBI por un tipo de cambio de equilibrio y sumando una nueva emisión para atender el problema de los holdouts, el ratio de deuda con privados y con organismos oficiales -como el Club de París- no superaría el 20 por ciento. Esto indica que Argentina tiene capacidad de endeudamiento, indispensable a esta altura de los acontecimientos no solo para fondear el déficit fiscal del próximo período, dejando atrás la emisión monetaria, y reponer las alicaídas reservas del BCRA, sino también para amortiguar la dosis de corrección cambiara que requiere la coyuntura".

Ricardo Delgado aportó que "nunca vimos esta idea de bomba a partir del 11 de diciembre, sino una suerte de campo minado, con una cantidad de frentes abiertos que hay que resolver, que exigen mucha experiencia y equipos probados en la gestión".

"La economía que viene no da espacio para improvisados que aprendan a ejercer en la propia gestión".

"La economía está estancada. El Gobierno ha decidido profundizar la recesión –sobre todo el año pasado y este año un poco menos- manteniendo el cepo sobre aquellos que quieren producir pero necesitan algún insumo, alguna pieza del extranjero y no la puede conseguir porque el Banco Central no le da dólares o no les autorizan las DJAI. Si no rompemos esa lógica y no ponemos de vuelta a la Argentina en crecimiento nada de esto se va a poder materializar".

Necesidades financieras

Ricardo Delgado consideró que "nos quedamos sin dólares porque nos quedamos sin la capacidad de generarlos. La manera más virtuosa y lógica y la más positiva para una economía de generar dólares es exportando al mundo. Y estamos en el cuarto año consecutivo de caída. Hoy exportamos 20.000 millones de dólares menos que hace cuatro años y se ve evidentemente en las reservas".

Redrado explicó que "las reservas del BCRA quedaron debilitadas luego del pago del Boden15, ya que para esta altura el mercado estimaba que el Gobierno hubiera conseguido algo de financiamiento para amortiguar la caída, y en ese sentido la licitación del Bonar 2020 fue realmente muy pobre".

"Situación que se combina con un importante atraso cambiario y pocas chances de que contar con dólares frescos en los primeros meses de mandato en cantidad suficiente como para superar la restricción externa y restablecer el normal flujo de divisas, aún con arreglo con holdouts mediante".

El ex titular del Central recalcó las dificultades iniciales que tendrá la Argentina en 2016 para obtener financiamiento externo. "Si hay algo que quedó claro de nuestro paso por la Asamblea Anual del FMI en Lima es que ningún organismo internacional está dispuesto a realizar un desembolso up front si previamente no se pone en marcha un programa económico que desde el inicio aborde la corrección de los distintos desequilibrios que tiene la macro".

En ese contexto, Redrado detalló los puntos del plan integral que necesita la economía argentina para salir del estancamiento de los últimos cuatro años:

Un plan de estabilización de precios que baje la inflación de manera gradual, sustentado en tres pilares: 1) fiscal y monetario; 2) shock de inversiones; 3) Consejo Económico y Social. La meta es alcanzar un dígito en dos años, sin ajuste ni devaluación.

Desmantelamiento del cepo en los primeros 100 días, apuntando a la unificación cambiaria. Rápida liberación de dólares para importaciones de Pymes productoras y eliminación de todas las trabas para exportar